Mi columna dominical pretende ser realidad (o no) y ficción (o no) semana tras semana. Una mezcla de temperaturas. Es la forma que encuentro para mostrarles que lo importante es lo que pasa entre foto y foto.
Buscaré aquí un guiño que vaya bocetando el propio sistema de creencias de una persona normal, que intenta un balance para que la vida tenga sentido todo el tiempo. Salud!
FRIO
No tuve mucho frio esta semana. Sí tuve una gran duda en si irme de viaje o no. Un viaje que debía hacer a México por trabajo, de 4 días más 2 días de avión, la ida y la vuelta. Sola. Me encontraba con Vicky allá. Ella confío en mi para el proyecto Punta Mita. Un día antes de viajar me agarró un ciclón autoboicot terrorista mental (para qué viajás, Lala? Qué invento es este de la cápsula de moda, si estás bien así?, qué necesidad?) Enseguida pude meditar y domar a mi bestia. Lo saludé, le sonreí, lo senté detrás mio, no lo negué. Reconocí el miedo al avión. A dejar a los chicos. A Juan. Pensé que era mi mente contra mi mente. Y pensé que todo iba a estar bien. En esto me ayudó la meditación. No hubiera podido hace dos años.
Una no se imagina a los sesenta cuando tiene cuarenta. Supongo que tampoco a los ochenta cuando tiene sesenta. Bueno ni a los cuarenta cuando tiene veinte. Pero creo que es un buen ejercicio para sacarnos miedos de encima y para tomar decisiones de corto y largo plazo. Hay un capricho esta semana que puede darnos frio o puede darnos calor. No me da frio imaginarme con este mismo proyecto funcionando en veinte años como Michelle Pfeiffer tiene su propia línea de fragancias clean. Dan miedo los sesenta en tu mente? Si tenés ya sesenta, dan miedo esos ochenta? Si tenés veinte te dan miedo los cuarenta? Qué te da frío en esa edad? Vamos a calor entonces.
CALOR
Armé mis conjuntos día por día. Puse las cremas en frascos chicos. Visualicé buenos vuelos. Respiré mucho mientras hacía la valija. Me hice las manos. Un baño de crema. Viví con amor la previa. Puse el kindle en la cartera. No comí en el avión porque no como en los aviones. Y tuve vuelos y un viaje de maravillas.
Katie Byron me ayudo a pensar. Me destrabó ese relojito que queda dando vueltas cuando el sistema se traba y se tara con algunas cosas antiguas. Casi a modo de ofrenda dejo a esta autora en TheG en esta edición. Esta señora ha sanado a miles de personas. Me hicieron falta dos de sus libros para terminar de entender lo que quería decir. The Work lo leí en ingles en un avión y después leí “Ama lo que és” libro en el cuál sólo son testimonios, casos en los que ella le destraba pensamientos a personas, a modo de ejemplo de cómo deberíamos pensar su método. Quizás piensen ¨qué mujer boba Katie¨ o quizás dejen de sufrir para siempre con esa cosa o cosas qué los llevaba a un lugar mental sin retorno. A mi me pasó esto último. Revelador. A otros se les aparece la virgen. Otros corren sin parar. Otros hacen terapias con hongos alucinógenos o van a videntes.
Hay personas que esperan el estreno de sus películas favoritas. O hacen colas para estar en la primer fila del campo en sus recitales top. O esperan en la puerta de los hoteles a sus cantantes favoritos. O se ponen como laaaacas con el line up del Lolapalooza. O hay teens como mi niña que tipo pájaro carpintero te ruegan permiso para una fiesta que se llama Vox en Uruguay. Como cuando yo pedía permiso para comprarme un palito tallado con mi nombre en la feria hippie o para quedarme hasta las 11 en la Galería Las Vegas en Gorlero. Y hay personas que tienen la visión de querer concretar proyectos profesionales con musas empresariales y de estilo. Bueno, pude conocer a esta empresaria bomba. Se llama Anine Bing y me enseñó a tener un estilo monocromo. A vestirme simple y con menos. A repetir la ropa y a entender qué es lo que mejor me queda. Y a sentirme confortable con lo simple y saber que todo está muy bien así. Me animé a contactarme con ella y su equipo por una colección cápsula para un destino paraíso que se llama Punta Mita y queda en Puerto Vallarta, Mexico. Y lo hicimos. Y la entrevisté. E hicimos notas para México y Argentina. Y quiso saber qué maquillaje estaba usando para tener tanto glow. Y yo, que ya la amaba, me terminé de enamorar para siempre y supe que solamente somos mujeres queriendo estar cada vez mejor por dentro y por fuera. Salud!
L.-