Mi columna dominical pretende ser realidad (o no) y ficción (o no) semana tras semana. Una mezcla de temperaturas. Es la forma que encuentro para mostrarles que lo importante es lo que pasa entre foto y foto.
Buscaré aquí un guiño que vaya bocetando el propio sistema de creencias de una persona normal, que intenta un balance para que la vida tenga sentido todo el tiempo. Salud!
CALOR
Hace unos días, y con esas cosas mágicas que trae esta cuarentena, pude conectar con Glennon Doyle y su historia, y su segundo libro que hoy recomendamos en TheGelatina: Indomable.
Lejos de extremos religiosos, debates sexuales, o posturas en educación, esta mezcla busca empujar siempre la conversación hacia adelante. Y Glennon así lo hace con su plena transformación personal hacia la vida que quiso tener.
En la bio que dejamos en TheG están todos estos detalles valientes.
Toda mi admiración. Toda mi alineación a su sensibilidad, a cómo habla, a cómo mira a los ojos, a cómo escribe, a cómo ha podido convertirse en esta adulta responsable y en una mujer amada.
Glenn lleva sobria 18 años y dice que este duelo que es la cuarentena casi mundial es un gran Cocoon.
Cocoon significa en castellano cálido retiro, mediante el cual podemos escaparle al mundo.
Digo, quién no se acuerda del agua de esa pileta que convertía a los abuelos en eternos? Qué buen juego de palabras. Googleen la película un rato si pueden.
Glenn dice que este cocoon le recuerda a cuando, en pleno tratamiento una mujer le dijo, que sentir todos los sentimientos era lo normal en la vida, pues para eso están. Hasta ese momento Glenn pensó que solo debía sentir felicidad.
“Está bien sentir todas las cosas que están sintiendo. Te estás volviendo humano otra vez. No estás haciendo mal la vida; vas bien. Si hay algún secreto que te estás perdiendo es que hacerlo bien es realmente difícil.
Los sentimientos son para sentir. Todos ellos. Incluso los duros. El secreto es que lo estás haciendo bien. Y que hacerlo bien, duele a veces.
Hasta ese momento en que esta mujer me dijo esto pensé que la felicidad era para sentirla y que el dolor era para arreglarlo, adormecerlo, desviarlo, esconderlo e ignorarlo. Pensé que cuando la vida se ponía difícil, era porque me había equivocado en alguna parte. Pensé que el dolor era debilidad y que se suponía que debía soportarlo. Pero la cuestión era que cuanto más lo sentía más comida y más alcohol tenia que meterme en el cuerpo”.
Glenn dice que no escribe un nuevo libro hasta que no es una nueva mujer. Y éste lo escribió desde la cicatriz y no desde la herida, de haber superado la constante traición en el matrimonio que le dio a sus amados hijos y a la madre que fue pero vivida como una mártir.
¿Una buena mama se entierra a sí misma?
¿Este es el memo que queremos dejarle a nuestros hijos?
¿A nuestros hijos varones y a nuestras hijas mujeres?
“Cuando no lo decís, vas muriendo por dentro”. Dice ella. Cuenta que en su vida anterior ella vivía bajo esta vieja forma de vivir. Un buen día pensó en vivir para no decepcionarse. Pero es sincera y dice, que no es tampoco un antes y un después y que todos los días hace 16 cosas para satisfacer a los demás. Pero que tiene ya un comportamiento de acuerdo a su innerself: a su ser interno.
Y de aquí un momento develador del libro, se ve que ha tenido según cómo escribe, una relación muy exigente con la religión católica, la iglesia y su madre.
Cuando anunció que se casaba con su actual mujer le dijo a su madre que por favor con sus miedos no fuera. Que sus miedos ya no eran su problema. Que la vida es para celebrar.
Glenn dice que nos convertimos en mujeres adultas cuando nos graduamos de hijas desobedientes. Y nos invita a destacarnos del resto. To “be bold”.
Y que nos seamos muy francas, y nos miremos bien, porque generalmente odiamos o envidiamos a esas mujeres que en realidad queremos “meter en una jaula” o cortarle la alas y que tienen varas que nosotras no tenemos.
Y da su ejemplo en la época en que bebía: “no podía ni leer libros de mujeres: era como ver el sol”.
Habla de la cuarentena como otra etapa de la vida para metabolizar sentimientos.
Dice que siempre ha luchado con su salud mental porque reconoce su hipersensibilidad y recuerda una vez cuando algo r la venció y la dejó de cama 11 horas.
Una de sus hijas le dijo a su actual mujer: “No te preocupes, sabés que cuando mamá despierta algo maravilloso nace”.
Y así es, Glenn no sabe qué será pero sí sabe que algo maravilloso nacerá luego de ésto.
Dice que ha aprendido a confiar en el dolor.
Y que no hay otra manera de atravesar los días que atravesándolos.
Y contó en esta videollamada cuando su hermana se divorció también hace algunos años. Y la llevó con ella a vivir a su casa. Y dormía en un cuarto bajando las escaleras. Entonces, Glenn cada noche después de la cena le llevaba una taza de té.
Hasta que una noche, detrás de la puerta la escuchó cómo lloraba a mares. Y esa noche entendió que no debía pasar con el té. Que era su hermana la que debía sola llorar así.
Y así, se quedó Glenn con el té en la mano detrás de la puerta noche tras noche, escuchándola llorar.
Su Hermana hoy está en una misión humanitaria con un nuevo hombre que conoció y es su nuevo marido. Su amor.
Cada noche y cada té y cada llanto, Glenn fue testigo de ese dolor. La cuarentena de la felicidad actual.
“Si nos rendimos, todo estará bien. Pero hay que rendirse”. Dice.
Recuerden que no hay frío sin calor, y viceversa. Salud!
…
En esta mezcla todo siempre se relaciona: los invitamos a que vean “Little Fires Everywhere” (de Hulu) una miniserie de 8 capítulos que emociona: dos mujeres, una con familia completa y otra monoparental, y las relaciones que una y otra logran con sus hijos y con la vida; con la vida, con el fuego.
Los invitamos a aprender acerca de la glándula pineal que es un trampolín al alma, para que nos conozcamos cada vez mejor desde la ciencia y la intuición.
Los invitamos a cantar, a oír música, y saber qué dice también la ciencia acerca de esto. El sexo, un porno que podemos aprender y enseñar.
Los invitamos a criar con calma estando separados, quienes lo intentan y quienes no pueden aún. Todos estamos siempre en carrera.
Los invitamos a desinflamar el intestino, a no querer mucho más de lo que se tiene porque vendrá el autoboicot. Los invitamos a aprender palabras de nuestros hijos. Los invitamos a leer.
L.-