Cuenta Caroline Myss en el prólogo a la última edición de Anatomía del Espíritu que la inspiración para este libro le llegó como un rayo. El caso es frecuente: un contrato firmado con una importante editorial, un plazo para entregar los originales y un autor al que no se le ocurre qué escribir… “En el otoño de 1994, tuve que dar un taller en Missouri. Por entonces, no me sentía ni física ni emocionalmente bien. Tenía que sentarme a escribir y no me salía nada… Mi editora Leslie no hacía más que preguntarme si eventualmente le iba a mandar algún capítulo… o varios. Y entonces sucedió. En aquel taller había veintiocho participantes, que se sentaban formando un óvalo en el centro de la sala. En uno de los extremos del óvalo había una pizarra blanca. Me acuerdo de la primera mañana de ese taller de tres días: yo hablaba sobre el sistema energético humano mientras caminaba por el centro de un óvalo de personas. Entonces me dirigí hacia el lado contrario a donde estaba la pizarra y miré por la ventana, dándole la espalda al grupo durante un segundo apenas. Mi intención era volver a la pizarra a dibujar los chacras (la línea vertical de siete círculos), y hablar un poco sobre cada uno. Me di vuelta… y me detuve, por nada en especial, pero me quedé parada mirando la pizarra. No podía dejar de mirarla. Y fue entonces cuando tuve esa sensación, ese download en el cuerpo. En un microsegundo, supe todo lo que iba a escribir en Anatomía del Espíritu. Estaba teniendo una visión. […] pasé de pensar en los chacras como el sistema energético del cuerpo a estallar en la idea cósmica de que nuestra alma se guía por verdades místicas que se articulan en las antiguas escrituras y en las leyes de la naturaleza. No se trata de la divinidad como algo religioso. Es una idea de divinidad cósmica, universal y orgánica. Porque todos los sistemas vitales son sagrados.”
Caroline Myss es autora de varios bestsellers -La medicina de la energía, El contrato sagrado, El poder invisible en acción, entre otros- donde desarrolla la idea de que hay que devolverle a las personas el poder de sanarse. En su búsqueda de las causas subyacentes de las enfermedades, Caroline hace pie en la idea de que las emociones repercuten sobre el cuerpo, y viceversa. Para ella, este vínculo, cuando está bien usado, tiene el poder de sanar. Pero también pasa lo contrario. Caroline creó el término “woundology” (ciencia de las heridas) para referirse a aquellas personas que usan su enfermedad para manipular el mundo, en lugar de trabajar por lograr un estado empoderado de salud.
Caroline tiene un título de periodista y un master en Teología, pero también se formó en medicina de la energía. Da cursos y talleres en todo el mundo.