Editorial Nº10

Mi columna dominical pretende ser realidad (o no) y  ficción (o no) semana tras semana. Una mezcla de temperaturas. Es la forma que encuentro para mostrarles que lo importante  es lo que pasa entre foto y foto.

Buscaré aquí un guiño que vaya bocetando el propio sistema de creencias de una persona normal, que intenta un balance para que la vida tenga sentido todo el tiempo. Salud!

FRIO

La burla no es un valor de época. La detesto. Hace algunas semanas pedi defenderme al aire en la radio. Me sentí ofendida cuando un columnista nos trató a Juan y a mi masss de una vezzz de melosos en redes sociales. Es cierto que “melosos” quizás no sea una agresión directa. Pero creo que el acto reiterado de hablar de una o más personas de una determinada forma cuando ellos no están, los puede afectar. Más cuando los ausentes se enteran de esos comentarios a través de otros. Poco importa cuan graves sean esas palabras. El punto es el cuidado que hay que tener al hablar de otros, hoy más que nunca. No importa si son públicos o privados.

Hacer daño es tan fácil y posible. A mi no me molestaba el adjetivo. Me molestaba la constancia. Y la risotada del grupo que lo acompañaba. Y no tenía ganas que se estuviera conversando en ese lugar asi, de nosotros. Siento que en un medio de comunicación debe practicarse el ejemplo y marcarles a los oyentes el camino del respeto. Viste que cuando viajás nadie te mira? Bueno eso. Estar en paz. Siento que hay lugares a los que ya no se puede volver. Que nos tenemos que resignificar. Cada uno con su vida. Y ni en broma ya.

En el colegio de mis hijas por ejemplo compramos una licencia internacional anti bullying y pro relaciones sanas. Se llama Kiva. Entre otras cosas, algunas maestras en el recreo usan pecheras rosas para que las alumnas sepan a quienes recurrir si se sienten burladas. Ahí se activa un protocolo que determina cómo desarmar de inmediato ese acto de burla. Depende del nivel, sigue el proceso o se soluciona allí. Pagamos licencias de otro país para aprender. La vez pasada les hablé de los valores de la crisis de la salud de la mente.

Hay cosas que no se aprenden hasta que nos pasan a nosotros mismos. O a nuestros hijos. Y nos convertimos en leones rabiosos sin criterio queriendo salvarlos de un otro que los pelea. Ahí si que arde eh! Hay que poner las barbas en remojo cuando otro la está pasando mal. Por lo que sea. Insólito o grave. Hermandad caray.

Yo creo que la verdad es uno de los recursos mas valiosos del ser humano.

Que el perdón es una herramienta irrefutable y que genera una compasión tan humana que enmudece.

Y que la burla sólo es para quienes tienen la mente alterada por la falta de afecto o experiencia.

CALOR

Nuestra nota de hoy que habla acerca de la alegría de madurar tiene un gran concepto. Dice que las personas maduras pelean menos y encuentran mejores soluciones a los conflictos. Son más duchas en controlar sus emociones, aceptan mejor los reveses de la vida y ya no se enojan tanto.

Es un arte calibrar las emociones. Sentir que a los 42 vas llegando a esta meseta tiene su magia. Y todo lo que queda. Aparece la palabra cadencia.

Tomar mate con Juan es un desafío. Trata de ponerle método. Termina de tomar uno y quiere tomar otro y tomar otro. Terminar uno y tomar otro. Y no es asi. El mate no tiene ritmo. Uno seguiiidito del otrooo. Al toqueee. Hay mate? Hay mate? Hay mate? Le dije que necesitaría un suero con yerba por su nivel de demanda. Dejó el café, empezó con el fasting, cambió varios hábitos y Jesucrisssto! La exigencia con la que juega al fútbol o comenta un partido la pone para cebar mate. Insoportable. Pero termina el verano y logramos un punto de encuentro. Maduración. Cadencia otra vez. Podemos decir que cálido. Logramos al fin del verano encontrarle lo maravilloso de desayunar de a dos.

Mi restaurant favorito de este verano tiene a su vez a su restaurant favorito en Londres. O sea el chef inmenso que lo creó en Uruguay, se inspiró en otro chef israelí. Conocí la historia, o parte de ella. Leí los libros que leen los cocineros para hacer las ensaladas que devoré. Me los prestó uno de los encargados. Y pienso que todos nos inspiramos en otros y podemos hacer cosas enormes, ricas, valiosas y maravillosas. Y que todos siempre en cualquier parte estamos en carrera. Salud!

L.-