Mi columna dominical pretende ser realidad (o no) y ficción (o no) semana tras semana. Una mezcla de temperaturas. Es la forma que encuentro para mostrarles que lo importante es lo que pasa entre foto y foto.
Buscaré aquí un guiño que vaya bocetando el propio sistema de creencias de una persona normal, que intenta un balance para que la vida tenga sentido todo el tiempo. Salud!
Frío
Les dejo una canción que siempre nos emociona y nos hizo bailar en la cocina un lento. Obvio que no siempre bailamos lento. Tampoco en la cocina.
Se llama “Una canción diferente” y la versión que me gusta es de Celeste Carballo y Juanse.
Dame amor, dame tu corazón,
Dame tiempo para respirar
Está muriendo el sol,
Dame música para crear
Una nueva canción.
Se abren espacios
En el medio de la jungla,
Son nuestras voces
Que se escuchan juntas.
Dame amor, estoy de muy mal humor,
Me revolqué por la realidad
Ahora estoy destruida.
Necesito tu amor
Ya no me aguanto una mentira más,
Con mi cuerpo de mujer
Te voy a dar la verdad.
Si todo el mundo
Vive haciéndonos la guerra
Yo necesito que me des tu paz,
Necesito arrancar todo lo que me hiera,
Necesito amor, necesito más
Más libertad.
Calor
Cuando estudié el caso de Laila Alí, estuve un buen rato emocionada.
Su historia narrada por ella de cuánto y cómo se entrenó para ganar es maravillosa, cómo narra que cuidó a su padre más de 20 años con Parkinson, cómo asegura que con una mejor alimentación su padre hubiera tenido una mejor calidad de vida…y con qué tono cuenta esas 3 conversaciones importantes con su padre a lo largo de su vida, de esas conversaciones bisagra.
Una de esas fue cuando ganó su primera pelea, que dice textual: “ese día sentí que me había ganado el respeto de mi padre”.
Cassius Marcellus Clay como me contó Juan que se llamaba de verdad Muhammad Alí, el mejor deportista de todos los tiempos -según él- porque trascendió a su deporte y al deporte por su compromiso y su influencia en lo social, racial y político. Alí le dio la razón a su hija: si la vencían haría como él, se volvería a levantar; y el boxeo sí era un deporte también para mujeres.
Laila hoy se dedica a divulgar la alimentación saludable, a transmitir la importancia del legado en la historia personal de la gente para que encuentren su mejor versión.
Su historia inspira, vale la pena. Porque tuvo mucha pena además de haber sido campeona del mundo en boxeo.
Y desde entonces pienso cuántos de nosotros nos hemos ganado el respeto de nuestros padres. Y si es que sentimos eso.
Y cuántos padres saben hacérselo sentir a sus hijos.
Y ligado a esto pienso a cuántos padres se ha llevado este virus. Si hablamos lo suficiente con ellos este casi mes off. Si los extrañamos o qué nos provoca la distancia.
Muchos hijos no han podido despedir a sus papas.
Y viceversa. Me impresiona este aspecto de la pandemia.
Y cuánto este virus nos acerca las sensaciones de las guerras, los miedos y las persecuciones que nuestros abuelos y bis y tátaras atravesaron para nosotros, no? Y esto es un poroto al lado de todo aquello, o no tanto. Y qué respeto se entiende por la lucha. Y creo que es el respeto lo que nos regula en estos tiempos.
Mi amiga Sofi dice que con estas tragedias el mundo se autorregula. Y me deja pensando. Qué costo eh. Uno mira hacia atrás y es cierto que un poco siempre ha sido así. El tema es atravesarlo.
Este domingo los dejo con un último concepto: MOAI.
En Japón, hay una isla Japonesa que se llama Okinawa, la llaman la isla japonesa de la vida eterna.
El MOAI es una forma de red social: un grupo de cinco amigos que se ofrecen mutuamente apoyo emocional, material o el que haga falta. En general son los padres los que eligen el moai al que uno va a pertenecer, y la sociedad es de por vida.
El concepto nace de una forma de reunión espontánea que se daba entre los campesinos del lugar, que se sentaban a conversar sobre los cultivos y sobre cómo podían apoyarse unos a otros los años en los que la cosecha era mala.
Un moai es, traducido al lenguaje de hoy, algo así como un grupo gamba que funciona como una familia extendida: te ayuda cuando tenés un problema, te asiste cuando necesitás algo y te sostiene la mano cuando estás en lágrimas. No en vano Okinawa es uno de 5 lugares del planeta donde las personas más longevidad tienen (y mejor).
Estas canciones.
Estas historias de lucha.
Nuestros padres.
Nuestros hijos.
La regulación del mundo.
La comunidad.
La emocionalidad circular.
El cuidado circular.
Estas cuestiones.
Estos tiempos.
Salud!
L.-