Dueña de su destino.
“Y acá estoy sentada, una mujer productiva, exitosa en todas los sentidos de la palabra. Pero lo que realmente, realmente, tiene valor para mí es que vivo una vida fantástica, mi vida interior está realmente intacta. Porque vivo de adentro para afuera. Todo, absolutamente todo lo que tengo, lo logré porque dejé que se empapara de lo que realmente soy y de lo que quiero que sea mi aporte al universo”, dijo Oprah en una entrevista que le hicieron los alumnos de Standford University, donde se explayó en cada tema con ese manejo del espacio que solo ella tiene, voz potente, humor, diálogo real. Oprah llega porque conecta, porque se conecta. Cuenta que empezó a trabajar en TV cuando tenía apenas 19, y que enseguida se dio cuenta de que lo de reportera no era para ella, que donde de verdad hacía una diferencia era en el piso, hablando frente a la cámara y contando lo que pasaba.
“Mi contribución real al mundo es la conexión, la conexión entre las personas, pero también la conexión interior. Trabajo para elevar las conciencias. El objetivo de mi plataforma es elevar a mi audiencia, poner pequeños destellos de luz en sus vidas, mostrarles historias e ideas que los ayuden a volverse sobre ellos mismos, a pensar.”
“Vivo para hacer foco, para entender y ser entendida, me interesa esa comunicación, que la gente se pueda ver reflejada en mí. Porque mis pies permanecen sobre el piso, aunque ahora me compre mejores zapatos. Trabajo para estar despierta.”
“Todo se trata de ¿me ves? ¿me escuchás? ¿le estás dando importancia a lo que digo? ¿estás acá, conmigo, o estás distraído? Así hago yo con mi vida: le presto atención. Porque tu vida es tu mejor maestra:”
La suerte es preparación
Oprah Gail Winfrey nació el 29 de enero de 1954 en Mississipi, la única hija de la pareja de Vernita Lee y Vernon Winfrey. Se suponía que iba a llamarse Orpah, por la mujer que aparece en el Libro de Ruth de la Biblia, pero como no es fácil de pronunciar fue Oprah desde el principio. Sus padres se separaron cuando ella era muy chica, y la dejaron al cuidado de su abuela materna, que era tan humilde que para hacerle un vestido para la escuela tenía que zurcir bolsas de papas. Pero también le daba toda su atención, porque eran ellas dos, y así fue que le enseñó a leer cuando tenía tres años y la llevaba a predicar a la Iglesia cuando Oprah todavía no llegaba al metro de altura. A los seis se mudó a vivir con su madre y dos medio hermanos y, a los nueve, con su padre, minero, a Nashville, Tennessee. En una oportunidad, Winfrey dijo que su padre era tan estricto que le salvó la vida: le dio la estructura que le faltaba, reglas, y muchos libros. Y le pedía que se aprendiera cinco palabras nuevas cada día.
“A los nueve, un primo mío me violó. Y después otro miembro de la familia. Y después otro”, confesó Oprah en 1986, cuando hizo público el tema. A los catorce se quedó embarazada, pero recién se dio cuenta cuando estaba de siete meses. El niño nació prematuro y murió a los pocos días.
En la escuela, Oprah descollaba, sobre todo en oratoria y teatro. “Cuando estaba en la secundaria, quería ser maestra, pero venía trabajando en la radio desde mis catorce. Un día me llamaron de CBS para entrevistarme para la tele. Yo no estaba segura, pero finalmente fui y me contrataron. Lo único que tenía en mente era a Barbara Walters. Ella sí que me gustaba. Iba a tener que encontrar mi propia forma.”
“Hago lo que siento que tengo que hacer. ¿Cómo sé si es lo correcto? Porque se siente bien. Con los años aprendí que los sentimientos son el GPS de la vida. Tu sistema emocional te va a indicar cuándo hacer algo y cuándo no hacerlo. El truco es aprender a dejar el ego del otro lado de la puerta y seguir lo que te dicen tus entrañas. Todas las decisiones de mi vida -las decisiones correctas- vinieron de mis entrañas. Y todas las decisiones equivocadas fueron el resultado de no escuchar esa voz interior. Mi consejo es: si no se siente bien, no lo hagas. Ahí hay una enseñanza. Una enseñanza que te va a ahorrar mucho sufrimiento, amigo”, dice Oprah, la mujer que solo necesita un nombre.
“No creo en la suerte. Mi definición de suerte es preparación. Salir a encontrar la oportunidad.” Lo de ella es casi una regla del karma. “Uno desea mucho algo, con el cuerpo y la mente, y entonces ese algo también lo encuentra a uno. Es una alineación de energías.”
El principio de intención
Filántropa, conductora, productora, actriz y referente del pensamiento contemporáneo, @oprah es punta de lanza en todo lo que emprende. Además de ser la conductora de The Oprah Show, edita la revista O -consejos de salud, belleza, bienestar-, es dueña de la productora Harpo, del podcast Super Soul -donde reúne las mejores entrevistas de su carrera-, del podcast Oprah’s Master Class -donde selecciona lo que a su criterio son las mejores lecciones de vida de personalidades destacadas-, del famosísimo Oprah’s Book Club -que tiene el poder de catapultar un libro a la lista de los más vendidos en minutos, y también de acabar con alguna carrera- y una vida de contribución que es, acaso, lo que más le importa de todo.
“Maya Angelou solía decirme: estás donde estás porque sos obediente a la llamada; primero escuchás y después decidís. Más que un talk show, mi programa es un listening show. Cuando estoy entrevistando a alguien, estoy buscando aquella cosa que dice que va a resonar en mi audiencia. Porque, internamente, todos somos iguales”, dijo Oprah en una entrevista con Gwyneth Paltrow.
“Reconozco que soy un alma grande y esto lo mido por la cantidad de gente que a la que llego, aunque hay almas pequeñas que no llegan a tantos pero tienen el mismo nivel de impacto. Yo no pienso en mí como una personalidad sino como un ser que vino a influenciar a través de su propia expresión, aunque lo mismo vale para todo el mundo.”
“Pero una vez leí un libro que cambió mi vida para siempre: The seat of the Soul, de Gary Zukav. En ese libro, el autor desarrolla el principio de intención, que es lo que existe antes de un acto. Porque a mí me criaron cristiana, pero mi verdadera religión es esa regla de oro que dice que lo que das es lo que vas a recibir, que para cada acción hay una reacción igual. Bueno, Zukav dice que hay una razón detrás de lo que hacemos, la verdadera intención. Es la energía de esa intención lo que después va a crear el efecto, es esa motivación. Si mi acto proviene del miedo, por ejemplo, eso también se va a notar en el efecto… Cuando leí ese libro, empecé a hacer las cosas que estaban en mi intención: dejé de decir si cuando quería decir no, dejé de ir a lugares a los que no quería ir, o hacer cosas que no quería hacer… Aprender a decir no empezó a operar grandes resultados en mi vida.”
“Lo hacemos todo complicado, y en verdad es tanto más simple… Se trata de empezar a practicar lo que sabés que es verdad (porque lo tenés adentro). De salir a buscar las fuentes de inspiración que necesites para recordarte que tenés pedazos adentro de vos que son hermosos y que te elevan. Porque todos queremos alcanzar nuestra mejor versión. Y conectarnos a la esencia de nuestro ser es desarrollar el músculo espiritual. Yo lo hago a través de la meditación trascendental, pero también practico estar totalmente presente en cada momento. Uy, mirá, puse un pie adelante de otro. Uy, mirá, mis piernas se mueven. Estoy completamente acá.”
“Maya Angelou (escritora, poeta y activista norteamericana) fue para mí una figura maternal. Mi madre biológica no tuvo la oportunidad de ser educada, no pudo darme lo que me dio Maya. Ella fue mi mentora en mi proceso con la fama. De ella aprendí mis mejores lecciones. Era mi consuelo, la persona que confiaba en mí, la persona que señalaba las estrellas y me decía take it aaaaall the way.”
Qué es el éxito
Hace años que Oprah Winfrey ocupa un puesto en la lista de las 100 personalidades más influyentes del mundo. Y no es solo por su fortuna, sino por su espacio en los medios y por el poder que concentra en su propia señal, Harpo, que maneja con la habilidad de su empatía.
Stephanie Denning, una columnista de la revista Forbes, ensaya una explicación de la razón de su éxito: “En los años que llevo investigando los instigadores de éxito, hay una cosa que se mantiene siempre igual de verdadera: que las personas extremadamente exitosas no son las que buscan mejorar sus vidas solamente. El éxito llega como consecuencia de querer el bien también para los otros. Esa es la diferencia entre el éxito a secas y el éxito al estilo Oprah.”
“Una vida interior sólida es lo que termina resultando en el reconocimiento del afuera. Es como una empresa con una misión clara: te da un punto de vista sobre el cual se basan todas tus decisiones, de las más simples a las más complejas. No hay hacer sin ser. Para mí, dijo Oprah, ser, estar presente y estar conectada conmigo es mucho más importante que cualquiera de las otras cosas que hago. Irónicamente, muchos de nosotros seguimos buscando el sentido de la vida fuera de nosotros. La respuesta está adentro, advierte Oprah”, dice Denning en su panegírico.
“La vida de las personas se complica cuando quieren vivir la vida de los otros. No. Hacelo por vos. No es egoísta: es honorable”, dice Oprah.