Nacida en Barcelona, Virginia es una voz muy influyente en el mundo de la espiritualidad y la autoayuda. Desde niña tiene una percepción especial para la vida en otros planos y, aunque de grande hizo su carrera en el mundo de la Publicidad, terminó sucumbiendo a lo que más le gusta y mejor hace. Virginia Blanes estudió astrología, cábala, numerología, PNL, reiki, tarot, biodecodificación y diversos lenguajes que intentan otros abordajes a los problemas de siempre. Con este crisol de sabiduría, Virginia propone una espiritualidad práctica, que da herramientas concretas para aplicar cada día a distintas situaciones.
“Ejerzo, en mi trabajo y en mi vida, la espiritualidad práctica, la que se manifiesta en lo cotidiano y sirve en el instante presente, suceda lo que suceda. No creo en aquella que sólo sirve para escapar de unas circunstancias insanamente construidas. Creo y confío en la vida en sus múltiples formas, y en ella recorro el sendero de la consciencia, sabiendo que cada paso me sitúa en el principio de un nuevo camino, con todo por aprender”, dice en su página web.
Hace años da talleres, cursos y organiza retiros y eventos donde enseña su enfoque personal, que no propone soluciones mágicas sino más bien formas de hacer conscientes las decisiones que tomamos. Tiene un canal propio en Youtube donde se pueden ver sus videos y una serie de libros que fomentan el amor propio, como Regresa a ti o Amar sin sufrir. El primer título que publicó se llama El laberinto de los dioses: memorias de un ángel caído y es un relato de luces y sombras a través de un camino de dificultades que contienen un aprendizaje. Se consigue en Mercado Libre.
Nos gusta Virginia porque nos espabila, nos enseña la responsabilidad, nos invita a hacer lo que podemos hacer por nosotros, a movernos, a aprovechar las infinitas posibilidades que nos ofrece el universo, a no quedarnos esperando el milagro, a no echar culpas, ni a los otros ni a nosotros mismos, porque eso nos paraliza, porque la victimización es una excusa para permanecer en el sufrimiento. Y, sobre todo, porque permanentemente nos recuerda que este es un trabajo de todos los días, es un proceso que no termina nunca. No, no hay línea de llegada cuando se trata de ser más consciente, más amoroso y más libre.
“Yo hablo en mis cursos de nuestra varita mágica, que es el poder del verbo, ser consciente de lo que dices, de lo que te dices, qué palabras usas, qué carga, con qué desprecio, con qué tono, desde dónde lo estás diciendo. Y en los cursos lo digo porque estoy convencida. Cuando digo a la gente ahora vamos a hablar de una varita mágica que es todopoderosa, que te va a conceder todos tus deseos, los ojos se encienden, pero cuando digo que es el poder del verbo las caras son como de desilusión. Es como si por el hecho de que es algo que tenemos todos, no fuera importante y fuera vulgar. El poder del verbo es algo que está activo de forma constante a pesar nuestra. Cuando tomas consciencia de esto tienes que responsabilizarte de lo que expresas verbalmente y también de lo que te dices en tu cabeza, porque el poder del verbo está en el pensamiento de forma constante”, dijo Virginia Blanes en una entrevista que le hizo Curro Cañete.