Cuando podamos salir de esta cárcel, vamos a querer ser dueños del mundo. Tocar con la mano lo que tocamos con el espíritu: ese lugar tan lejano donde vimos online que alguien como nosotros usaba un tapabocas como el nuestro, hermanos distantes, tan lejos tan cerca, los dos sobre la misma tierra asolada. Dicen que vamos a querer viajar a lugares remotos, inexplorados, para mirarlos con los ojos nuevos que tenemos ahora, re contra hartos del mismo paisaje.
Pero, paso a paso. Primero va a tocar hacer lo que la revista Traveller define como staycations: vacaciones en casa, cerca, para minimizar el tiempo que pasamos en aviones y aeropuertos. Hay miles de lugares para conocer en el país, o en los países vecinos, a donde se puede llegar también por tierra.
“Desde que se impuso la cuarentena, nuestro trabajo se redujo a hacer devoluciones, cambios y todo tipo de reestructuraciones de vuelos para el año que viene. Pero de un mes a esta parte, la gente empezó a preguntar por promociones para enero del 2021, porque algunas aerolíneas ofrecen vuelos muy baratos, a Miami o al Caribe por ejemplo, que incluyen en la tarifa la posibilidad de hacer tres cambios gratis”, dice Baby Pueyrredon, de Bieule Pueyrredon Viajes, una agencia de turismo internacional que trabaja hace más de veinte años en el país y que llevan adelante ella y su socia, Martina Bieule.
“Es todo muy incierto todavía para anticipar tendencias de turismo, pero las promociones indican algunos cambios de costumbres. El tren transiberiano ofrece tours con menos pasajeros, se activa el alojamiento en hoteles boutique, o en departamentos, o en villas que puedan alojar familias o grupos enteros y que permitan cierta distancia social de desconocidos, por ejemplo. África y el Caribe son destinos que en este momento se consiguen a relativo buen precio, pagando ahora y con la posibilidad de viajar hasta diciembre del 2021. En cualquier caso, es importante asegurarse que las tarifas sean reembolsables por un eventual rebrote de la pandemia.”
“Lo que más desanima a la gente a viajar son los nuevos protocolos para poder volar seguros, y no saber si una vez habilitados a hacerlo tendremos que cumplir con la cuarentena obligatoria por ser un país de riesgo, lo cual no es muy alentador si lo que estás planeando es ir a hacer turismo”, dice Baby Pueyrredon.
La nota What kind of holidays will we take when we travel again? publicada en la revista Traveller dice que los destinos favorecidos van a ser los más aislados del bullicio, una inmersión en la naturaleza para armonizar el cuerpo después de tanto encierro. Y también aquellos que son explícitamente de bienestar, como los retiros de yoga, de fitness o unos días en un muy buen spa para recalibrar.
Puede que falte un poco de tiempo todavía, pero es el proyecto de viajar -más que el viaje en sí mismo- el gran liberador de endorfinas. Jeroen Nawijn, un investigador de la Breda University de los Países Bajos, publicó un estudio que prueba que la mayor felicidad radica en la promesa de viajar. “Comparamos un grupo de personas que se toma vacaciones con otro grupo que no se las toma. Los vacacioneros reportaron un nivel de felicidad pre-viaje superior al de los no-vacacioneros, probablemente porque están anticipando sus viajes. En general, no se observaron diferencias sustanciales en los niveles de alegría post-viaje de los vacacioneros y de los que no viajaron”, dice el estudio.
Si viajar va a pasar a ser un lujo va a depender mucho de los ajustes que hagan las aerolíneas, de la frecuencia de los vuelos, de la cantidad de tickets que puedan vender en cada trayecto, etc. Se presume que los vuelos que ahora bajaron de precio van a volver a subir (tal vez a valores más altos que antes de la pandemia) cuando se restablezca el tráfico aéreo. Por ahora, y en todo el mundo, el nuevo turismo de lujo es llegar.