Flor Fabiano es modelo, facilitadora, fotografa, mamá y esposa. Estudia coaching, metafísica y numerología.
“La biodecodificación llegó a mi vida en un momento en el que me estaba reinventando emocionalmente. Me acuerdo que estaba en un viaje de trabajo en Salta y una amiga me empezó a hablar del tema. Volví y me pedi un turno con Claudia Luchetti, que es mi decodificadora hasta hoy. Yo llevaba siete años de terapia y estaba necesitando salir de la recreación de mi mente, necesitaba algo más allá de lo que yo podía armar.
La biodecodificación es una herramienta de autoconocimiento. En nuestro nombre y en nuestra fecha de nacimiento quedaron impregnados ciertos códigos que condicionan lo que hacemos: conocerlos te da la libertad de poder hacer algo distinto. La biodecodificación te ayuda a ser la persona que querés ser, a encarar tus miedos con amor. Obvio que saber sin hacer es la nada misma. Esta técnica te expone, pero la verdadera transformación surge de a-prender (no prender), de soltar lo conocido, los modelos repetidos y de sumergirte en el cambio. La biodecodificación te ayuda a ver dónde hay que hacer foco para transmutar. Yo muchas veces veo el pasado y el futuro en un mismo instante, como esos espejos que te reflejan infinidad de veces. Para poder vernos hoy, en esos recuerdos pero también en el futuro inmediato, es clave perdonar. Perdonarnos.
Me acuerdo que la primera vez que biodecodifiqué salí muy enojada por la información que había recibido. Estaba muy movilizada, pero me resistía. Dos años más tarde, otra amiga me insistió para que volviera a codificar. Y cuando me pasa el número de la persona con la que ella lo hacía… ¡era otra vez Claudia!
Así que volví. Hoy siento que pude integrar esos códigos y modificar algunos. Me encanta decodificar pero creo que es un proceso muy personal que hay que encarar cuando te sentís listo. Porque te mueve todo, las relaciones, con los otros, con nuestro propio cuerpo, nuestra forma de respetarnos… Yo agradezco mucho que haya aparecido en mi vida porque fue un gran despertar.”