Quién es Borja Vilaseca.
Fue un niño terrible. Mal alumno en la escuela, joven rebelde, peleado con sus padres, excesos varios, alcohol, marcha, una serie de accidentes… “Con 19 años llegué a tener pensamientos suicidas de forma pasiva. No lo hubiera buscado activamente pero tampoco me hubiese importado morir. No le daba ningún valor a mi vida porque estaba hecho polvo por dentro”, declaró Borja para Código Nuevo.
Y, de repente, a los veintiún años, decidió romper con todo, amigos, entorno, rutinas conocidas, para ofrecerse de voluntario en una ONG de Nicaragua. Cuando volvió a España, se recibió de periodista y se puso a leer. Mucho. Filosofía, psicología, literatura. Nietzche, Sartre, Jung, Fromm, Frankl, entre otros. Hizo un Máster de Periodismo en diario El País, donde después quedó como columnista y, a los veintiséis, tuvo una experiencia mística que lo aterrizó en la filosofía oriental y en el camino del autoconocimiento.
“Todo lo que necesitas saber está dentro de ti. Tú eres el maestro y el discípulo: el puente entre ambos es lo que vas aprendiendo a lo largo de la vida. Esto no quiere decir que desestimes fuentes de información externas a ti, sino que siempre pasen por el filtro de tu experiencia.”
Algo parecido al “no sigas líderes” de Bob Dylan en Subterranean Homesick Blues, pero con la autoridad de haber probado él mismo muchos caminos, es la propuesta del español Borja Vilaseca, 39 años, un creador de sistemas pedagógicos de crecimiento personal.
El autoconocimiento
“Soy solo un ser humano que tocó fondo, hizo una búsqueda y se le da bien compartir estas cosas”, dice Vilaseca. Ni más ni menos.
Él se define a sí mismo como un agitador de conciencias, un provocador. “Mi crisis fue una bendición. He sido un chaval que vivió una profunda crisis en su adolescencia, lo que fue una bendición porque no podía mas. Y entonces emprendí una búsqueda, soy un buscador. Me considero una persona super crítica, me cuestiono todo, lo que hago con los demás primero lo hago conmigo mismo. Intento tomar conciencia todo lo que estoy aprendiendo y me sirve en la vida y, una vez que lo verifico empíricamente conmigo y las personas que me rodean , lo comparto con los demás.”
“Para mí el autoconocimiento tiene una fecha clave, que es el siglo VI a.C. en el templo de Apolo: conócete a ti mismo. Para mí el autoconocimiento es una invitación a hacer un proceso psicológico de introspección, de mirar hacia adentro, de saber quiénes verdaderamente somos, cómo funcionamos y qué necesitamos para ser felices. Es el viaje de cuestionar todas las creencias con las que hemos sido condicionados, adoctrinados y programados por la sociedad y que nos alejan de nuestro ser, de nuestra verdad. Conocerse a uno mismo es doloroso porque nos confronta con nuestra mediocridad, pero también es muy liberador. Llega un momento en que te conoces, te aceptas, te amas por quien eres y aprendés a autogestionarte, y ya no necesitas que cambien las circunstancias, sabes cambiar tu actitud, los pensamientos que aparecen en tu mente, para provocar resultados satisfactorios dentro y fuera de ti”, dice Vilaseca.
Hoy por hoy, con menos de cuarenta años, Borja ya tiene varios libros publicados en varios idiomas, viaja por el mundo dando conferencias, una esposa y dos hijos, y es creador de Borja Vilaseca Institute, con sedes en España, Colombia y Argentina, donde ofrece un Máster en Marca Personal y otro en Desarrollo Personal y Liderazgo.
Pero, ¿cómo se hace?
En su libro Encantado de conocerme, publicado en 2008, Vilaseca escribió: “La felicidad sí que existe y es sumamente luminosa, aunque no es una meta que se pueda perseguir. Ante todo, porque se trata del estado natural del ser, de lo que eres en esencia. Aparece cuando apagas la mente y conectas más con el corazón. Recuerda los momentos en los que te hayas sentido en paz contigo mismo, con los demás y con la vida. Vivir en ese estado es lo que deseas. Sin embargo, tus estrategias para alcanzarlo suelen ser equivocadas. Estás tan acostumbrado a mirar hacia afuera que te has olvidado de lo más importante: de ti mismo.”
Por aquellos días en los que Borja andaba perdido, peleado con todo, cuenta que fue a una librería y se compró el libro de eneagrama, y que lo hizo con vergüenza, cubriéndose, diciéndole al vendedor que era un regalo para un amigo… Cuando llegó a su casa y se puso a leer ese libro, uf, “no recuerdo haber leído algo con tanta pasión”. Entonces se fue a hacer un curso de eneagrama a Madrid, y ahí se dio cuenta de lo profundamente errado que estaba. “Fue como un ataque de conciencia”, dice en uno de sus videos, “empecé a sentir la necesitad de pedirle perdón a todo el mundo.”
“El Eneagrama es una herramienta de autoconocimiento. Es como un mapa de nuestro territorio emocional que podemos utilizar a modo de orientación y referencia para conocer nuestras limitaciones y potencialidades”, explica Vilaseca en su página web. “La palabra eneagrama significa en griego «nueve líneas». Principalmente porque describe, a grandes rasgos, nueve tipos de personalidad, cada uno de los cuales cuenta con su propio «modelo mental». Y este vendría a ser como una lente a partir de la que filtramos la realidad objetiva de forma subjetiva. Este esqueleto psicológico también determina qué nos mueve a ser cómo somos y a hacer lo que hacemos; cuáles son nuestros principales rasgos de carácter, incluyendo nuestros defectos y cualidades; qué deseamos y de qué tenemos miedo; e incluso cuál es la piedra emocional con la que tropezamos una y otra vez a lo largo de nuestra vida.”
Son:
Eneatipo 1: el que quiere ser perfecto.
Eneatipo 2: el que necesita amor.
Eneatipo 3: el que necesita valoración.
Eneatipo 4: el que necesita atención.
Eneatipo 5: el que teme expresar sentimientos.
Eneatipo 6: el que teme tomar decisiones.
Eneatipo 7: el que teme sufrir.
Eneatipo 8: el que quiere tener el control.
Eneatipo 9: el que quiere evitar el conflicto.
Borja explica que todos tenemos algo de estos nueve modelos mentales pero, cuando uno va profundizando en el tema, empieza a notar que hay uno que predomina. El eneagrama propone centrarnos en la esencia del eneatipo que le corresponde a cada uno para convertirnos en nuestra mejor versión.
“Para mí esta herramienta fue un punto de inflexión”, dice en la entrevista que le hizo Juan Pablo Varsky y que se puede escuchar en podcast. “Ahí entendí que cada niño nace con una semilla, con algo innato, y esa semilla tiene una parte oscura, el ego, y otra parte luminosa, el ser. Después, hay una cantidad de «condiciones metereológicas», que son la educación, el entorno, etc, que nos van condicionando. El sistema educativo tradicional no tiene en cuenta esto y, en vez de educar (sacar el potencial de adentro hacia afuera), lo que hace es condicionar (pasar directivas y consignas que castran y mutilan el pensamiento libre del ser humano). Y así es como nos adaptamos a la sociedad, vamos tirando con nuestros parches (religión, adicciones, trabajo, lo que sea), pero no vivimos como de verdad somos.”
La educación emocional
“El punto de partida es la saturación de sufrimiento”, dice Borja en el podcast de Juan Pablo Varsky. “Porque tal vez eres una persona que va con sus parches por la vida y así vas tirando, entonces ¿para qué me voy a comprar un problema? Sí, hay una enorme resistencia al cambio. Porque tener una actitud frente a la vida basada en lo que realmente eres lleva una serie de aprendizajes, y el primero es mirar hacia adentro.”
“Al principio es una viaje solitario, pero lo haces por ti mismo. Aprendes a ser feliz y a cambiar por ti mismo. Y, poco a poco, te conviertes en embajador de esa nueva conciencia, mejoras todo y vas contagiando a otros que están hartos de sufrir.”
¿Y cómo se aplica esto a la productividad?, le pregunta JPV.
“A los dieciocho años no tenemos idea de que hacer con nuestra vida. Elegimos carreras buscando seguridad y con el motor inconsciente del dinero. Error. Una educación emocional emprendedora es aprender a amarte y aprende a reconocer quién eres, qué dones tienes, porque todos servimos para algo. Y así entras al mercado entendiendo que eres la oferta, que tienes algo para ofrecer. Mi objetivo es crear valor, y el dinero que obtengo llega como resultado. Es sentirse abundante y prosperar haciendo el bien.”
Miedo indica cambio
“Todos sentimos miedo frente al cambio. Personalmente, cada vez que siento miedo lo primero que constato es que estoy en un proceso de cambio, que estoy a punto de confrontar una serie de límites. Lo que me dice el miedo es que lo que viene es desconocido”, dice en el podcast de Varsky.
“En el momento que empiezas a plantearte que vas a cambiar, el tema es aprender que ese miedo también viene acompañado de una cierta ilusión, que te muestra los beneficios del cambio, y entonces decides, y ojalá aciertas, con inteligencia y sensatez. Entonces tu vida se expande. Y, ¿qué pasa si no sucede lo que esperaba? Fracasas, pero aprendes una gran lección. Yo he fracasado mucho, pero he aprendido todo lo que me hace ser hoy quien soy. El miedo ya no me limita, viene a verme cuando estoy en un proceso de cambio: si acierto celebro y si fallo, aprendo.”
“Tenemos que aplaudir a quienes lo intentan. Tenemos que despertar. Empezando por uno mismo, mirar hacia adentro sin engañarnos”, le dijo Vilaseca a Varsky.
Posdata
Quién sos. Cuáles son tus prioridades. Las lecciones de Vilaseca nos recuerdan que nunca es tarde para preguntarnos para qué estamos acá. Qué podemos crear. Y no en un sentido artístico, sino humano. El solo hecho de vivir hoy en día demanda mucha creatividad, ¿o no? Tal vez no sea más que armar una casa calma. Nada menos, bah. Un solaz para aquellos que queremos. Y algo más que nos guste mucho. A esta altura ya debemos saber qué es. Es exactamente eso que, cuando lo hacemos, nos sentimos vivos.
Lo siento los comentarios están cerrados en esta entrada.