Su libro Workout se publicó en 1981 y estuvo dos años en la lista de más vendidos de The New York Times. Proponía un método para entrenar en casa (que enseguida se complementó con una serie de videos en VHS que vendieron millones de copias) destinado a las mujeres, porque en esa época todavía no había tantos gimnasios y los que había eran más para hombres. En la tapa de este libro mítico, una foto de Jane con calzas negras, polainas bordó, un body a rayas rojo y negro, su pelo salvaje y sus infaltables aros argolla. Mientras se agarra un talón, sonríe.
Decía la presentación de Workout: “Jane Fonda les habla en este libro a esas millones de mujeres que abusaron de su salud con dietas de hambre y píldoras en un intento fútil de alcanzar una imagen artificial.” Pasa a contar en primera persona que ella misma se sentía rara cuando era chica, que de joven alternaba atracones con ayuno, y que durante años tomó diuréticos sin la más mínima conciencia del daño que le estaba haciendo a su cuerpo. “No fue hasta quedar embarazada de su primer hijo, cuando tenía treinta años, que Jane Fonda empezó a escuchar lo que su cuerpo tenía para decirle. Entonces descubrió que estar bien no es algo que se da por sentado sino que requiere hábitos alimenticios inteligentes y actividad física regular.”
“El programa fue diseñado para quemar calorías y modelar el cuerpo mientras fortalece tu corazón y tus pulmones, te da resistencia muscular y flexibilidad. Para obtener mejores resultados, la rutina se concentra en cada parte del cuerpo con una secuencia específica de ejercicios, movimientos repetitivos para grupos aislados de músculos. Son ejercicios para hacer en cualquier lado, sin pesas costosas o ninguna otra clase de artilugio.”
La cuarentena nos trajo de vuelta a Jane Fonda. A tal punto que es TT volver a entrenar con su rutina, que es menos aeróbica y más estiramiento, ideal para el confinamiento. Ella ahora tiene 82 y usa Tiktok, y aprovecha la excusa del entrenamiento doméstico para pasar otro mensaje, el que la metió presa un par de veces, esposada, con el tapado rojo Chanel que usa para la causa y la misma idéntica sonrisa. “Work out with me for the planet”, invita. Y ahora la siguen, además de su público de siempre, también los millenials.
Amamos su vigencia. Entrenar con ella es mucho más que ejercitar el cuerpo: es motivarse con un modelo de mujer que siempre va un poco más allá, en su vida personal, en su carrera de actriz y en causas con las que se involucra y se pone en riesgo a pesar de tenerlo todo.
“Jane Fonda es una audaz sagitariana que arriesgó su carrera para hacer campaña en contra de la Guerra de Vietnam. Todo lo que hace es intrépido, si hasta orquestó su regreso a la pantalla solo para poder recaudar dinero para causas sociales. Que todavía se ponga ahí, y la sigan millones de personas, a pesar de lo cuestionada que fue durante años, habla de su enorme coraje”, escribe Jonno Revanche para The Guardian.
Hija del hermoso Henry Fonda y de Frances Ford Seymour, que se suicidó cuando su hija tenía doce, Jane confesó que fue abusada de chica y hasta despedida de su trabajo porque no accedió a acostarse con su jefe. Y que, aunque solo de grande se dio cuenta del trabajo que tenía que hacer para sanar las heridas del patriarcado, “no importa tanto que florezcas tarde, mientras no te pierdas la primavera”.
Todo esto es lo que celebramos cuando nos calzamos las Lululemon de ahora y nos movemos al ritmo retro de la música de sus videos. Vivan las mujeres eternas. Vivan los mensajes de libertad dentro de cuatro paredes.