“El Trastorno Obsesivo Compulsivo es una disfunción que se presenta en distintos grados pero que, en su máxima expresión, puede ser totalmente invalidante. Aunque en general la mayoría de nosotros tenemos pequeños rituales domésticos que nos organizan la vida, eso no quiere decir que tengamos TOC”, dice Fernando García, Doctor en Psicología y responsable del equipo de TOC de la Fundación Aiglé, referente local en la materia.
“El trastorno tiene dos aspectos: las ideas, pensamientos o imágenes que se transforman en obsesiones, y las compulsiones que son actos repetitivos para calmar dichas obsesiones. Lo mas común es que se presenten juntas, pero también puede haber una sin la otra. Es importante remarcar que el TOC tiene un correlato en el cerebro, y puede observarse en las neuro imágenes.”
Supongamos el caso hipotético de una persona que es un biólogo, por ejemplo. Cuando se recibe, el biólogo decide ir a hacer una pasantía en otro país. En el instituto donde desembarca, le asignan un despacho para investigar, justo al lado del despacho donde otro equipo de investigadores estudia el HIV. Un día, traen para sus colegas unas cajas que contienen muestras de sangre. El biólogo solo ve las cajas de telgopor en el pasillo, no la sangre. Pero, en su camino hacia la máquina de café, el cuaderno donde el biólogo apunta sus avances se le cae del brazo y roza la caja de telgopor que contiene las muestras de sangre, que no se ven porque están adentro. Muchos, muchos años después, cuando el biólogo ya está instalado en su país hace tiempo, aquel cuaderno permanece guardado adentro de una caja. El biólogo no se anima a tocarlo, porque está convencido de que aquel día que se le cayó del brazo se contaminó con la sangre infectada, que en verdad ni siquiera rozó -porque estaba adentro de la caja y adentro de sus contenedores respectivos- y que aquel contacto puede contaminarlo a él. Todavía…
“Las formas más comunes del TOC son el temor a la contaminación y los de duda, pero hay muchas otras. En el primer caso, las personas con TOC creen que algo contaminante (sustancias, partículas, bacterias o incluso personas) pueden transmitirles algo. Entonces se lavan compulsivamente, y pueden llegar al extremo de tener que deshacerse de la ropa con la que enfrentaron ese contacto, aunque no haya sido más que una mirada. La duda es aquello de si cerré o no la puerta con llave, o el gas, y chequearlo varias veces.”
Aunque es un trastorno que tiende a ser crónico, el TOC es tratable. Lo importante es no demorarse en hacer una consulta porque dejarse estar solo va a hacer que empeore, y se expanda. “El problema es que los rituales lo alimentan, y se arma un círculo: para obtener alivio cada vez son más los rituales, y así”, dice García. El TOC se trata con medicación (antidepresivos, neurolépticos) y con terapia. Por un lado, una terapia cognitiva pura donde se analizan las ideas y las asociaciones que trae el paciente para intentar desafiarlas. Por otro lado, también se aplica el tratamiento de exposición con prevención de respuesta (creado en 1966), que consiste en exponer al paciente a sus ideas obsesivas e impedirle que cumpla con sus rituales. Al principio el paciente que accede (porque no todos lo hacen) se angustia mucho, pero cuando logra pasarlo se repite le técnica hasta que va aumentando su resistencia. Entre las terapias alternativas, el mindfulness también ayuda.
Estemos atentos, porque la cuarentena tiene un modo TOC: lenguaje de higiene, contaminación y personas o cosas que se vuelven amenazas. Sin embargo, en opinión del Doctor Fernando García, todavía no hay evidencia empírica de que el coronavirus haya aumentado la curva de casos.