Coco

El fruto milagroso.

“En India se lo llama kalpa vriksha, que puede traducirse como el árbol que tiene todo lo que se necesita para vivir. En las Filipinas y otras islas del Pacífico se lo llama el árbol de la vida”, dice el doctor Bruce Fife en el libro El coco cura. Ahora, flashback a cualquier escena de cualquier película de náufragos en islas desiertas, como esa que protagonizaba Tom Hanks: el héroe solitario rompe como puede la cáscara del fruto, bebe su agua, come su pulpa, usa las hojas del árbol para tejer, se salva.

El cocotero (Cocos nucifera) es una planta originaria del sudeste de Asia que pertenece a la familia de las palmas. “Es un milagro de la naturaleza. Se dice que tiene más de 1000 usos. Cada parte de la planta sirve para algo. Es una fuente de comida y bebida para nutrir el cuerpo, de medicina para restaurar la salud y de materiales que pueden usarse para construir refugios, ropa o herramientas”, sigue el libro.

Su fruto, el coco, es rico en selenio, hierro, calcio, magnesio y fósforo. También es una fuente potente de vitaminas C y B. En todas sus formas de consumo, es beneficioso para la salud. Desde el agua que contiene, que es un isotónico natural con propiedades antifúngica y antiviral, a todos los productos que se hacen con su pulpa (leche, harina y aceite), estrellas consagradas en dietas conscientes y en elixires de belleza.

Beber uma água de coco, é bom

Por estos días el agua de coco en tetrabrik ocupa un lugar central en las góndolas de Trader Joe’s, pero hubo una época en que se descartaba o apenas se usaba para regar los cultivos de cocoteros. El agua de coco es el líquido que contiene el fruto verde (coco inmaduro) y no debe confundirse con la leche de coco, que se obtiene de la pulpa de un coco marrón maduro. El agua de coco se vende 100% natural, o endulzada y/o saborizada. La famosa marca brasileña Sococo produce una que lleva jugo de maracuyá y mandarina: sólo le falta la playa.

Hacia fines de los 90, el agua de coco se ganó la fama de mejor hidratante natural, especialmente para tomar después de una sesión de deporte intensa. Nutricionalmente hablando, el agua de un coco en estado puro contiene 45 calorías, 11 gramos de carbohidratos, 70 miligramos de sodio y casi 500 miligramos de potasio, todo muy recomendable para equilibrar las sales perdidas por la sudoración. Numerosos estudios establecieron que, para restituir el balance corporal, el agua de coco es preferible a las bebidas deportivas pero no le gana al agua, aunque ésta no contenga nada de lo que enlistamos recién. Sin embargo, un estudio publicado en 2002 por Universiti Sains Malaysia sostiene que el agua de coco es mejor para consumir en grandes cantidades, porque no produce las náuseas o la sensación de saciedad que a veces provoca el agua.

Contra la grasofobia

“El aceite de coco es una grasa saturada, por eso es se recomienda su uso en procesos de cocción. Cuando cocinamos a temperaturas altas, los aceites poliinsaturados (aceite de girasol o de maíz) se vuelven más inflamatorios para el cuerpo. Esto no sucede cuando cocinamos con grasa saturada. Si no se está familiarizado con este aceite, se puede empezar usándolo en pequeñas cantidades (una cucharadita de té) para hacer un wok, o saltear las verduras o para cocinar un pescado, cualquier preparación que requiera alta temperatura”, dice María Cecilia Ponce, Licenciada en Nutrición de la UBA, Posgrado en Medicina Ayurvédica, Especialista en Nutrigenómica y en sensibilidad alimentaria. “Uno de sus grandes beneficios es que contiene un tipo de ácido graso que se llama ácido láurico, que es antibacteriano y antifúngico, eficiente contra los hongos intestinales.”

“El aceite de coco contiene 90% de grasas saturadas. Sin embargo, a diferencia de las grasas animales, éste se compone mayormente de triglicéridos de cadena media. El hígado convierte estas moléculas en energía más fácilmente y por eso no es tan propenso a formar colesterol”, dice un artículo del Harvard Health Publishing.

No se trata de una moda. El auge de este óleo se inscribe en una tendencia más amplia: “Se lo reivindica como se están reivindicando últimamente las grasas, por su estructura para formar hormonas y darnos energía rápida y limpia, libre de radicales libres. De paso, barre un poco la grasofobia que impera en la sociedad”, dice la Licenciada María Cecilia Ponce.

“Para usarlo como suplemento energético, se mezcla con el café o con el té (bulletproof coffee o “café a prueba de balas”) en dietas cetogénicas o cuando se quiere tomar energía a través de esas grasas. Aunque, si estás consumiendo hidratos de carbono, no conviene usar estas grasas porque vas a estar haciendo una mezcla que puede termina engordando”, continúa @nutriceciponce.

“Existe el aceite de coco virgen y el neutro y difieren más que nada en el sabor. Tal vez el neutro es un poco más neutro. Pero ninguno de los dos tiene un sabor invasivo, y por eso se puede usar tanto en comidas saladas como dulces.”

El elixir de la belleza

Donde sea que se mire, proliferan los usos embellecedores del aceite de coco. Como demaquillante, como hidratante, como acondicionador de pelo, bálsamo de labios y blanqueador de dientes, aunque esto último no está comprobado.

El aceite de coco tiene el mismo poder hidratante que tienen otros aceites (de almendras, de rosa mosqueta, de sésamo, de argán, etc), y es común que se incluyan en las fórmulas de los cosméticos. Para la piel, se usa el aceite de coco neutro. La dermatología confirma que tiene las mismas propiedades hidratantes de cualquier crema, pero está libre de alcoholes o siliconas. Sin embargo, no se recomienda su uso en pieles propensas al acné: como el aceite de coco es un hidratante oclusivo (que atrapa la humedad en la piel) puede tapar los poros, tremenda amenaza para las personas con acné.

Sobre el pelo, tiene un efecto reparador contra la sequedad de las puntas y del cuero cabelludo. Se recomienda frotar algunas gotitas en las manos y aplicar directamente sobre el pelo recién lavado para combatir el frizz y darle brillo.

Super alimento

“Durante generaciones y generaciones, los habitantes de las zonas donde crece naturalmente el cocotero (islas y costas de las regiones tropicales) recurren a sus propiedades nutritivas y curativas. Ellos usan el coco a diario, aún desde antes de nacer. Por ejemplo, se da coco a las embarazadas para asegurarse la salud del bebé y un buen parto. Las mujeres embarazadas se frotan la panza con aceite de coco para prevenir las estrías. Después del parto, se aplica aceite de coco en las zonas sensibles del cuerpo para acelerar su curación, y también en los pechos para aplacar los efectos del amamantamiento. En Samoa, la primera comida que se le da a a una madre después de parir es un plato con coco llamado vaisalo: se hace con pulpa de coco y con su jugo, a lo que se le agrega almidón de maíz para que tome más consistencia. El objetivo no es solamente nutrir a la madre sino también ayudar a que baje la leche. Los bebés toman contacto con el coco desde su primer día de vida: sus madres los masajean con aceite de coco de la cabeza a los pies porque se cree que fortalece los músculos y los huesos y que previene infecciones en la piel. Durante la dentición de los bebés, se les aplica aceite de coco sobre las encías para aliviar las molestias y prevenir infecciones. En las islas, el agua de coco se usa como un sustituto de la leche de fórmula. A los bebés se les da leche materna y agua de coco alternadamente”, dice el doctor Bruce Fife en el libro El coco cura.

El aceite de coco es un boom en la cocina, porque es un aceite vegetal estable ante el calor y no se oxida”, dice Corina Lemos, Founder y CEO de @godblessyouoils, marca pionera del producto en Argentina. “Se ha ganado el corazón del público más diverso: carnívoro, vegetariano y vegano. Como todo aceite vegetal, se conserva al reparo de la luz solar directa para que no se oxide, aunque no es necesario guardarlo en heladera. Lo que sí es muy importante es no contaminar el interior del frasco con restos de alimentos de los utensilios que se usen para extraerlo de su envase. Como este aceite tiene la particularidad de solidificarse a baja temperatura, viene en un frasco de boca ancha para poder sacarlo a cucharadas en épocas invernales. En la cocina, se usa como anti-adherente en sartenes o en asaderas que van al horno, como grasa para el puré, en una tortilla, en ensaladas, en un licuado, en pastelería, en el café, en el agua del mate, etc, etc. En mi rutina, lo incluyo en mi café de todas las mañanas y en el licuado de frutos rojos que tomo siempre.”

En todas sus formas, el coco es fuente de fibras y minerales, tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, ayuda a controlar la presión sanguínea y los triglicéridos. Fuera de los productos derivados que desarrollamos en esta nota, su pulpa se puede comer cruda o cocida, en escamas o chips tostados agregados en preparaciones, como ingrediente nutritivo en licuados o batidos energéticos pre-entrenamiento (contiene alto valor calórico). Una buena idea es poner en cubeteras en el freezer 200 ml de leche o agua de coco (o ambas, pero por separado) para conservarlas y agregarlas a nuestras recetas, preferentemente bajo supervisión de un nutricionista.