Editorial Nº41 – “Provinciana hermosa”

Mi columna dominical pretende ser realidad (o no) y ficción (o no) semana tras semana. Una mezcla de temperaturas. Es la forma que encuentro para mostrarles que lo importante es lo que pasa entre foto y foto.

Buscaré aquí un guiño que vaya bocetando el propio sistema de creencias de una persona normal, que intenta un balance para que la vida tenga sentido todo el tiempo. Salud!

FRÍO

Habrá sido el cumpleaños 5 o 6 de Justi.
Pao y su mamá habían hecho y decorado todo de Campanita el personaje de Peter Pan.
Verde, mágico, tul, cristal.

Mantel, globos, platos, vasos, piñata, banderines con el dibujito, el regalito final del cumple lo hizo la abuela de Justi a mano especialmente. No podía creer yo semejante dedicación. Justi también era la vida de su abuela.

La casa de Pao con cada flor en su lugar. Pao de peluquería, hermosa, siempre vestida con estampados y colores. Nosotras en la meca de la compañia y la amistad junto a Mery otra amiga que amamos.

Juana mi hija y Justi conectaron siempre desde el amor más noble, ojos enormes de admiración y carcajada: no había lugar para nada más. Bellas las dos.

Justi tenía la piel color nieve.
El pelo color oro claro.
Los ojos del cielo.

Si uno dibuja un ángel, lo dibuja como Justi.

Si uno recuerda ese cumpleaños: había polvo de estrellas en el aire. Tengo la imagen intacta. Como si la vida me hubiera dejado esta encomiemda de recuerdo de todas juntas.

Pao tenía los mismos rollos y los mismos nudos que cualquier familia. Que nuestra amiga Mery, o que yo. Armamos un trío poderoso de alegría y consuelo. Nuestros hijos eran compañeros de colegio desde chicos. Después cada uno se cambió de colegio pero el amor genuino nunca desapareció. Esa cosa que sólo la infancia da.

La muerte no esconde todo lo demás.

Mientras Justi se moría yo me casaba con Juan.

Con Justi en terapia recibímos su regalo y sus palabras de aliento. Claramente no podía estar ahí, pero estaba. Supo cuánto quería yo esta segunda oportunidad. Porque me conocía mucho.

Y yo supe cuánto estaba desgarrándose su vida. Porque la quise mucho. Pao es de esas amigas que nunca hacen mal. Ayudamos todo lo que pudimos vía el Incucai y gente que nos priorizó mucho para que pudieramos entender el sistema de salud en ese momento y la situación de Incucai y de la salud de Justi.

Pero no alcanzó.

A veces no alcanza un quiebre cuando todo tiene que cambiar para siempre.

A veces,
no alcanza un sólo quiebre
cuando todo tiene que cambiar para siempre.

De raíz.

Cómo le explicaba yo a Juani el vuelo de Justina si yo no podía comprenderlo?

La pucha que el día del entierro la vida nos puso de rodillas. Juani se animó a escribirle una carta y leerla delante de Pao.

Pao ve cada momento de Juani imaginando el de Justi. Se hablan independientemente de mi y yo le regalo a Pao mi hija para siempre, para que esté cerca. Pao hace bien. Nos conecta con lo importante. La conecta a Juani con la pérdida y la vida.

Juani mientras le recuerda cómo pasan los años y cuánto menos falta para que todo se le acomode.

Pao perdió a Justi.

De chica Pao perdió a un hermano varón.

Ni bien Justi murió, la abuela de Justi estuvo también a punto de morir. Como si perder a un hijo y un nieto en vida no respondiera al orden de las cosas, como si el cuerpo no lo resistiera.
Pao estuvo a su lado como un soldado. Igual que la abuela de Justi durante toda su internación.

Pao después se divorció.

Los hijos de Pao tuvieron un hermano por parte de su papá.

No podía seguir viviendo en Bs As por muchas razones a las que también le puso todo el cuerpo.

Pao se mudó de Buenos Aires a Paraná a la casa de sus papás para seguir atravesando la vida.

Esta historia casi 3 años después sólo puede terminar a colores.

Sólo pasaron 3 años.
Y ya pasaron 3 años casi. Todo sobre sus hombros.

Por menos la gente es prócer.

Cipriano y Ceferino, los hermanos de Justina tienen los mismos colores:
nieve en la piel,
oro claro en el pelo
y cielo en los ojos.

Serán guardianes, serán testigos de cómo su mamá ha salido adelante.

Sólo vendrán bendiciones Pao de mi alma.
Ya llegan.

Te admiro, y aunque no estemos pegadas te siento respirar esto.
El orden de los sobrevivientes marca que la curva empieza a subir cuando se tiene tu nivel de conexión y consciencia.

Sos hermosa.
Volverás a amar. Y Justi será misión en tierra y será ángel. Muy pocos logran esto, y es lo que vos has gestado.

Con la muerte nace la vida.
Has andado suficiente ya provinciana hermosa.

Salud!

L.-

Lala escuchaba la canción “Conozco tu corazón”, mientras le escribía a Paola:

  • Gracias por esta nota sobre El Dolor . Entrañables palabras de Paola …ondas, fuertes, conmovedoras , tanto como las tuyas Lala. Y llegan a mi en un día especial hoy 31/08 en que mi hermano cumpliría años. Decidió irse hace tiempo de este mundo loco, y aprendí el dolor de perder a un único hermano , y del dolor de perder a un hijo, por mis padres. Sin embargo, también aprendí que ese desgarro puede perpetuarse en más vida, en solidaridad y empatía y eso permite continuar, sin olvido ,pero con una inmensa transformación interior . Gracias!!

  • Perdón , en el comentario quise decir…. puede “ dejar de perpetuarse “. Gracias!

  • Piel de gallina, Lala… Perdí a mi hermano hace algunos años, de esas muertes contra natura, inentendibles. Admiro a mujeres como mi mamá, como Pao y tantas otras que, a pesar de haber perdido a un hijo, siguen adelante enseñándonos a vivir con cada paso que dan, caen y se vuelven a levantar una y mil veces por más que una partese su corazónse haya ido con ellos. Pura sabiduría. Gracias por esta editorial.

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