Algo no está bien.
El trastorno de estrés postraumático (PTSD, por su sigla en inglés) es una condición que se dispara después de un evento traumático. “Una persona con PTSD es alguien que fue testigo o participó en algún evento traumático y esto le provoca pesadillas, flashbacks y mucha ansiedad cuando lo recuerda”, dice Thrive Global.
Pero, ¿qué es un trauma? El DSM-5, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, lo describe como “una situación en la que una persona se ve expuesta a escenas de muerte real o inminente, lesiones físicas graves o agresión sexual, ya sea en calidad de víctima directa, cercano a la víctima o testigo.” Aunque la asociación prototípica del trauma es la guerra, también se consideran posibles disparadores de un trauma un accidente, un desastre natural, robo, secuestro, atentado, abuso infantil, incesto, violación, acoso, persecución, violencia familiar, entre otros.
“Tiene que haberte pasado a vos en persona, o haber sido testigo presencial del evento o, si no lo fuiste directamente, haberle ocurrido a alguien muy muy cercano a vos”, aclara Harvard Health Publishing.
Un testimonio famoso
“¿Sabés cómo es? Es una sensación en el estómago… Se me contrae el diafragma, me cuesta respirar y, después, un espasmo en todo el cuerpo. Y el llanto. Así se sienten las víctimas de un trauma todos los días de su vida… y es… terrible. Siempre digo que el trauma tiene un cerebro que se mete en todo lo que hacés”, así le contó Lady Gaga los síntomas físicos del estrés postraumático que padece hace años a la revista Self.
La artista fue violada cuando tenía 19 años por un hombre que tenía veinte más que ella. Repetidas veces. “No se lo dije a nadie. No sabía qué pensar al respecto, no sabía cómo aceptarlo. Pero fue algo que realmente cambió mi vida. Cambió para siempre la persona que era.” Cuando finalmente decidió hacer público su trauma, le diagnosticaron trastorno de estrés postraumático y fibromialgia. Lady Gaga convive con el dolor emocional y físico. “Había tratado de borrarlo de mi mente. Pero finalmente se abrió paso, y era un monstruo gigante y horrible. Y tenés que enfrentarte a ese monstruo si querés curarte. Para mí contarlo fue importante porque sentía que le estaba mintiendo a todo el mundo: vivía en un dolor profundo y nadie lo sabía. Por eso hice público que tengo PTSD, porque no quiero ocultarlo más de lo que ya lo hice.”
Lo que describe Lady Gaga es algo así como la punta del iceberg, la manifestación palpable de la ansiedad que le dispara el trauma. Pero, para hablar de síntomas del PTSD hay que hacer referencia a un conjunto de manifestaciones del ánimo que varían en cada persona: pesadillas, imágenes recurrentes, estrés, amnesia voluntaria, culpa, pesimismo, desconexión, desgano, etc.
INECO (Instituto de Neurología Cognitiva) clasifica estos síntomas en tres grupos: la recurrencia (volver a vivirlo es una manera de intentar incorporarlo, puede ser consciente o aparecer en forma de pesadillas), la activación (sensación de alerta permanente, como si determinado entorno físico o social fuera a disparar el trauma otra vez) y la evitación (esforzarse por negar los pensamientos o sentimientos asociados con el trauma, pero también se incluye acá lo de evitar personas o lugares que recuerden el suceso).
“Los síntomas aparecen muy frecuentemente en los primeros momentos después del trauma y pueden ser reacciones completamente normales. Cuando muchos de estos síntomas tienen lugar dentro del primer mes después del trauma, la persona recibe el diagnóstico de trastorno por estrés agudo, en cambio, si muchos de ellos siguen estando presentes después de un mes el diagnóstico pasa a ser el de trastorno por estrés postraumático. En una minoría de casos los síntomas sólo aparecen después de varios meses y hasta años después del trauma”, aclara la nota de INECO.
Se puede sanar
Dolores Cardona es médica psiquiatra de INECO dice: “Para el tratamiento de PTSD es muy importante hacer un buen diagnóstico y considerar en qué momento se realiza la psicoterapia, ya que si es tras el suceso traumático la psicoterapia debe seguir un modelo de intervención en la crisis (con apoyo, educación y desarrollo de mecanismos para sobrellevar y aceptar el episodio). Cuando ya apareció el PTSD, se trabaja con terapia cognitiva en dos enfoques principalmente: un tratamiento de exposición prolongada para estrés post traumático que consiste en 10-12 sesiones una o dos veces por semana (son sesiones de 90-120 min) que está validada para distintos tipos de traumas, y otro tratamiento que consiste en enseñarle al paciente métodos de manejo de estrés, como técnicas de relajación y enfoques cognitivos que lo ayuden a sobrellevarlo.
También se comunicaron ventajas con las terapias grupales y familiares. Sin tratamiento, alrededor del 30% de los pacientes se recupera por completo, el 40% continua con síntomas leves, el 20% sigue con síntomas moderados y el 10% no presenta modificaciones o empeora. Después de un año se recuperara el 50%. Lo que predice un buen pronóstico es que los síntomas aparezcan rápidamente y que sean de corta duración (menos de 6 meses), que el paciente tenga un fuerte apoyo social y que no presente otros trastornos psiquiátricos, médicos o relacionados con consumos de sustancias.”
El enfoque holístico
La psicóloga holística Nicole LePera, creadora de The Holistic Psychologist, dice que “el trauma no es algo que se experimenta una vez y seguís de largo. Tampoco corresponde que hablemos de trauma solamente como un abuso físico o mental. El trauma puede tener la forma de una disfunción generacional: puede ser codependencia, privación emocional o falta de límites. Y puede llegar a enfermarnos físicamente. Pero también es algo de lo que nos podemos curar. No estamos destinados a padecer una enfermedad mental toda la vida.”
Nicole LePera cree que la comunidad juega un rol crucial en la recuperación. No aislarse, que es lo que naturalmente uno tendería a hacer cuando siente (o recuerda) la hostilidad del mundo, sino justamente todo lo contrario. En su experiencia clínica, dice que no hay comparación entre los resultados de los casos de PTSD que se exponen en redes y los que trata individualmente en terapia. Por eso creó algo que se llama “Círculo de Autosanadores” y que se sostiene en la idea de que todos tenemos la capacidad de curarnos a nosotros mismos.
Goal Mind entrevistó a Nicole LePera, y ella se explayó sobre la idea: “Sanarse es siempre posible. Creo mucho en los autosanadores. Primero, porque está probado que el cuerpo tiene la capacidad de autorregularse, es el fenómeno que se conoce como homeostasis. Y también creo que la mente tiene la capacidad de curarse. Entonces, cuando lo pongo todo junto, pienso que el primer paso es ocuparse de lo nutricional porque ahí está la base de la curación. Hay que empezar por hacer cambios en la dieta y eliminar los alimentos tóxicos para el cuerpo. Primero curamos las entrañas, después hablamos de lo emocional. Y, para este segundo paso, hay que tomar perspectiva y reconocer lo que nos está pasando.”
“Una buena guía son los patrones de conducta, porque dejan en evidencia qué nos dispara qué cosa. Los disparadores (triggers) son heridas no sanadas que van a volver una y otra vez hasta que te dispongas a reconocerlas. Para manejar los disparadores, aconsejo:
1. Sentí la emoción como energía que corre a través tuyo.
2. Observála, desmenuzala, si es necesario escribí en un diario lo que sentís.
3. Encerráte en tu progreso cambiando el arrebato por el reconocimiento de todo lo que te enseña esta emoción.
4. Tomá conciencia de tu nueva relación con las emociones.
5. Dejá ir, con paciencia, con suavidad.”
“Investigá sobre tus disparadores. Curioseá ahí. Empezá a preguntarte por qué. Vas a encontrar ciertos patrones y, en el tiempo, vas a ir descubriendo a qué se relacionan, qué significan. Esto es un Master en Emociones.”