Anine Bing vive en Los Angeles. El estilo de su casa es la prolongación de lo que le gusta en moda: poco pero bueno, y esa impronta relajada que sin embargo tiene bastante trabajo de selección atrás. Los escandinavos son maestros en el arte de verse cool sin esmero.
Es una casa de ambientes integrados donde vive con su esposo Nico, que es danés como ella, y sus dos hijos. Aireada, blanca y luminosa, con pisos de madera, doble altura en paredes y puertas, con marcos, contramarcos y molduras. Tiene una cocina integrada, una pileta, figuras de Buda en el baño, en la cocina, en la galería… Tiene un cuarto especial para hacer movie-nights con sus hijos. En el baño está su rincón favorito, un dressoir donde guarda todos sus productos de belleza, y una bañadera con patas.
“Mi casa tiene ese estilo Escandinavia-meets-California con paredes blancas y fotografías en blanco y negro, mucha luz y plantas. Es un estilo minimalista, y los sofás de cuero color camel son el centro de todo”, declaró Anine para la revista Vogue. Estas son las mismas pautas que sigue para la decoración de sus negocios: paredes y pisos blancos, cielorrasos negros, percheros de hierro y cactus del desierto sin espinas en macetas enormes de terracota.
Anine tiene un fetiche con los espejos, cuanto más vintage mejor. Altos y de marco dorado, o de hierro forjado. Y ama los libros de arte de tapa dura, que se apilan sobre las mesas o en las repisas. También tiene un par de muebles de buen diseño: una banqueta de Mies van der Rohe y otra de Le Corbusier. En el comedor enorme hay más fotos enmarcadas apoyadas en el piso y un atrapa-sueños gigante que aporta una nota nativa. Candelabros dorados dispersos por toda la casa, para incluir el fuego que es otra de las marcas registradas del estilo nórdico. Y flores frescas pastel en hermosos floreros a cada rato.
Dicen que los escandinavos son maestros en el diseño de interiores porque el clima los tiene adentro muchos meses. Por eso sus casas son alegres y vivas, cálidas aunque sean de colores diáfanos y muy luminosas. Alfombras y velas, muebles de líneas netas y de madera clara. No mucho más, porque si las casas escandinavas son despojadas es para potenciar el paso de la luz, que escasea en esas latitudes.
Los escandinavos prefieren el placer al status. No eligen pensando en el valor económico, sino emocional. Una casa feliz es una casa rica, y no al revés.
Los Bing se inspiran en:
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