El bowl es la medida.
“No es dieta, es tu manera de comer”, dice Lorena Farías, una nutricionista venezolana que vive en Estados Unidos. Lorena es la creadora de la empresa No es Dieta, donde ofrece asesorías personalizadas que son más bien planes de alimentación diseñados a medida según tipo de cuerpo y sus requerimientos.
La palabra dieta viene del griego díaita, que significa “modo de vida”. Aunque decir dieta, en rigor, no implica ninguna mención a restringir la cantidad de calorías (dieta es lo que uno come, y listo), hay una tendencia a demonizar el término y, obviamente, la idea de privación que trae pegada. En la era del body positive, dieta se volvió una mala palabra y decir que uno quiere perder peso, un tabú. Pero, aún así, todavía hay personas a las que les gustaría ponerse en forma y verse tonificadas, vigorosas y, sobre todo, contentas. Porque lo que se combate en el concepto-dieta es aquello que sí quedó anacrónico de una triste hoja de lechuga flotando en un plato blanco.
Lorena Farías es una gurú de la nueva nutrición, esa que se basa en la formación de hábitos de alimentación y ejercicio balanceados, realistas y, sobre todo, sostenibles en el tiempo.
3 tipos de cuerpo
Para su propuesta, Lorena parte de una premisa: no todos los cuerpos son iguales, ergo: no todos funcionan igual.
Existen tres tipos de cuerpo: ectomorfo, endomorfo y mesomorfo.
El cuerpo ectomorfo es el de contextura delgada. Poca grasa, baja masa muscular y extremidades largas. Son las personas que tienen un metabolismo acelerado que quema grasas para convertirlas en energía.
El cuerpo endomorfo es el cuerpo que tiene tendencia a la acumulación de grasas. Son personas de metabolismo lento a las que les cuesta bajar de peso.
El cuerpo mesomórfico es el que está en el medio. Un metabolismo normal que genera grasas normales y una musculatura media. Puede subir o bajar en la balanza, pero a este tipo de cuerpo le resulta más fácil que a los otros ganar o perder peso.
“Para iniciar un protocolo de alimentación saludable, es necesario que comprendan su cuerpo y todos sus procesos”, advierte Lorena.
Su fórmula
En su libro Cuenta calorías y no nutrientes, Lorena Farías explica la diferencia entre macronutrientes y micronutrientes. Los macronutrientes son las proteínas, grasas y carbohidratos y los micronutrientes son las vitaminas y los minerales.
El balance correcto depende de la elección de alimentos, pero también de la cantidad y, como dijimos antes, del tipo de cuerpo.
“Mi filosofía es consumir muchos alimentos de origen vegetal, menos alimentos proteicos de origen animal y lo menos que se pueda de alimentos procesados: los que vienen en una cajita o en una bolsita. En Venezuela hay vegetales, frutas y granos: eso es lo que hay que rescatar, volver a esos hábitos”, declaró Farías en una entrevista que le hicieron en Asuntos de Mujeres.
Y agrega: “No me gusta atacar otras teorías o hipótesis sobre la alimentación, son corrientes al fin y al cabo; hay personas a las que les funciona y a otras que no. Pero a mí no me gusta nada radical, no me gusta poner a una persona a tomar jugos verdes por 21 días o 3 días de salmón, porque, ok… ¡Te puede funcionar! Pero… ¿Y después cuando ya no lo hagas? ¿Después qué viene? ¿Cómo lo puedo mantener? Y claro, bajaste 10 kilos, pero ¿A costa de qué? Porque en esos 20 días te tienes que olvidar de un cine o de salir a comer, ¡porque no se puede! No estoy de acuerdo con el fanatismo, con que todo el mundo se rige por el mismo patrón, de sacar tanto a una persona de su zona de confort, con algo que le va a liberar cortisol, adrenalina y hormonas de envejecimiento, solo por llegar a algo que luego no va a poder mantener.”
El bowl
En sus planes de alimentación, Lorena usa el bowl como la medida del balance ideal de nutrientes. Pero también como un indicador de la cantidad que debe ingerirse: se come la porción del bowl y no se repite.
En su cuenta @noesdieta habla de dos tipos de bowls:
El bowl restrictivo: “Tiene muchos vegetales verdes, un poquito muy poquito de aguacate (palta) a veces, baja ingesta calórica. Como no tiene mucho, tu cuerpo no es bobo, te va a dar hambre más rápido y en algunos casos tiene como consecuencia el atracón de comida. Y no sólo eso: si lo mentenés a largo plazo va a haber pérdida de micronutrientes (lo que provoca piel seca, pérdida de cabello, estreñimiento) ya que las porciones en tu plato no son suficientes para cumplir con el requerimiento calórico diario.”
El bowl balanceado: “Otro cuento es si llevamos una alimentación balanceada como estilo de vida, full nutrientes, vitaminas y minerales. Así igual vamos a llegar a nuestro peso ideal, lo vamos a mantener a largo plazo, sin necesidad de restringir alimentos. Es importantísimo aprender a consumir las porciones adecuadas de alimentos y entender que no es necesario satanizarlos. No existe un alimento malo, existen cantidades excesivas que interfieren en tus objetivos.”
Ejemplo de un bowl potenciado, según Lorena Farías:
Proteína: pechuga a la plancha aderezada con pimienta, sal, orégano y ajo.
Carbs: batata, que se hornea con aceite de oliva, sal y pimienta. Ésta actúa como un carbohidrato de índice glucémico medio. Si se prefiere, se puede agregar quinoa, tofu o granos, como frijoles y lentejas.
Vegetales: la base infalible de hojas verdes (kale, rúcula), palta (quemador de grasa natural) y tomate.
Extra: croutones hechos con chips de coco, una cucharada de queso de almendras y castañas de cajú.
Embarazo y parto
Tiene otro libro que es boom en ventas: ¡Voy a tener un aguacate! ¿Y ahora qué?, una guía para alimentarse correctamente antes, durante y después del embarazo y que escribió a raíz de su propia experiencia con la maternidad: es mamá de Mateo y de Milan.
Lo interesante de la propuesta de Lorena es que plantea un plan de recuperación que vale para otras situaciones de salud y que no tiene nada de soluciones mágicas y todo de hábitos sostenidos. Porque para ella todo es tomar consciencia de que nuestras elecciones tienen sus consecuencias.
En este libro Lorena presenta una guía de alimentos que estimulan la fertilidad de la mujer y del hombre, una rutina de ejercicios para preparar el cuerpo para el embarazo, los requerimientos nutricionales de cada trimestre y un plan de recuperación post-parto que tiene en cuenta la lactancia. Es muy insistente con la hidratación del cuerpo (recomienda de 2 a 5 litros de agua por día), pero también es enfática con no restringirse y con incluir en esta etapa alimentos que ayuden a la cicatrización, como son aquellos que contienen vitaminas de los grupos B, C y K.
“Si hablamos de lactancia, alimentación, reducir medidas y bajar de peso, te digo: si estás lactando no te pongas a dieta, porque no es el momento, más bien es todo lo contrario, ya que necesitas más calorías para fabricar la leche que demanda tu hijo”, dice Lorena en su libro.
A veces uno siente que lee obviedades cuando lee a Lorena, y ojalá esto se interprete en el buen sentido. Porque su método se basa en dos pilares esenciales: conocimiento del cuerpo y sentido común, la fórmula perfecta para transformar los hábitos de salud de adentro para afuera.