Jack Gilbert fue un poeta norteamericano que murió en 2012. Aunque no eran familia, compartía el apellido con la autora de este libro, y la profesión, y un puesto en la Universidad de Tennessee, en el departamento de escritura creativa. Si el azar reúne a las personas como el viento a las hojas, en este caso huele a destino. Elizabeth nunca conoció personalmente a Jack, a quien sucedió en aquel puesto en la universidad, pero fue y es fanática de su obra, al punto que le dedicó este libro.
¿Tenés el coraje de sacar a la luz los tesoros que se esconden dentro tuyo? Esto es algo así como la consigna de Libera tu magia, un libro que es una invocación a despertar nuestro costado creativo.
“Yo no tengo idea lo que tenés adentro. No hay forma de que lo sepa. Y vos probablemente tampoco lo sepas, aunque apuesto a que alguna pista tenés. Desconozco tus capacidades, tus aspiraciones, tus deseos, tus talentos ocultos. Pero estoy segura de que cargás con algo maravilloso. Y lo digo convencida, porque resulta que creo ciegamente en que todos somos depositarios de algún tesoro. Creo que este es una de las jugadas más generosas del universo: enterrar joyas raras dentro de nosotros, y luego acostarse a esperar que las encontremos. El camino hasta descubrirlas se llama vida creativa. El coraje que demanda hacerlo, eso es lo que diferencia una vida común de una vida realizada”, dice al comienzo del libro.
En Libera tu magia Gilbert cuenta su propia trayectoria como escritora, las horas que le robaba a otros trabajos y los fracasos que tuvo hasta que publicó Comer, rezar, amar en 2006 y se hizo mundialmente famosa.
El libro es una invitación a la inspiración nuestra de todos los días. Una exhortación a hacernos un espacio en la rutina para plasmar alguna magia, ya sea escribir, o decorar, o cocinar, o pintar con nuestros hijos, o bailar. En definitiva, es una llamada a perder el miedo. Y el tiempo.