Muchas vidas, muchos maestros

“Sé que hay un motivo para todo. Tal vez en el momento en que se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesarias para comprender las razones, pero con tiempo y paciencia saldrán a la luz.
Así ocurrió con Catherine. La conocí en 1980, cuando ella tenía veintisiete años. Vino a mi consultorio buscando ayuda para su ansiedad, sus fobias, sus ataques de pánico. Aunque estos síntomas la acompañaban desde la niñez, en el pasado reciente habían empeorado mucho. Día a día se encontraba más paralizada emocionalmente, menos capaz de funcionar. Estaba aterrorizada y, comprensiblemente, deprimida.
Durante dieciocho meses utilicé métodos terapéuticos tradicionales para ayudarla a superar sus síntomas. Como nada parecía causar efecto, intenté la hipnosis. En una serie de estados de trance, Catherine recuperó recuerdos de vidas pasadas que resultaron ser los factores causantes de sus síntomas”, dice el comienzo de Muchas vidas, muchos maestros, el primer libro del doctor Brian Weiss, que contiene las bases de su práctica médica y que fue publicado en 1988.
El libro es un bestseller. En él se cuenta cómo Catherine se curó, pero también cómo la terapia le reveló al propio Weiss una dimensión metafísica que no había previsto. Para Weiss, la regresión a las vidas pasadas contiene las claves de nuestro propósito espiritual, porque recordar las situaciones traumáticas de otras vidas ayuda a sanar las fobias y otras dolencias que son su síntoma manifiesto.
Fue cuando la paciente empezó a transmitirle mensajes que le llegaban “del más allá”, mensajes de Maestros (almas revolucionadas nunca encarnadas) que contenían revelaciones sobre la propia vida de Weiss y que era imposible que ella conociera. Weiss había escuchado hablar de la experiencia con la luz al final del túnel de las personas que vuelven de la muerte, pero lo que Catherine le revelaba era algo mucho más grande que ponía en cuestión todo lo que alguna vez había aprendido por el camino de la ciencia. El libro es todavía un referente en el “Estante Espíritu” de las librerías.