Hal Elrod es autor de Mañanas milagrosas, un bestseller donde cuenta su rutina de cada mañana. A los veinte años, Elrod fue atropellado por un automovilista que manejaba borracho y estuvo el borde de la muerte, en coma durante seis días. Al despertar, los médicos le dijeron que no iba a volver a caminar. Pero Elrod salió adelante y terminó escribiendo este libro donde comparte con otros la clave de su recuperación.
En su “despertar”, Elrod se topó con una cita de Jim Rhon que le cambió la cabeza: “Tu nivel de éxito raramente va a superar el nivel de tu evolución personal, porque el éxito es algo que atraés cuando te transformás en la persona que querés ser.” A partir de ahí, ideó un sistema de crecimiento que calificó de “milagroso”, pero no porque crea en los milagros, sino porque produjo en él cambios que no imaginaba que fueran posibles.
Se trata de levantarse un rato antes de lo que normalmente lo hacemos para cumplir ciertos rituales que tienen efectos revolucionarios. “Tal vez requiera cambiar nuestras prioridades: reemplazar el diario o el tiempo que le dedicamos a las redes para hacerle lugar a esta rutina. No se trata de levantarse más temprano, se trata de levantarse mejor.”
Son seis ejercicios. Elrod los llama “salvavidas”, y ahí radica el quid de la cuestión. Para el autor, pasamos más tiempo pensando en lo que tenemos que hacer que haciéndolo. Algunas personas están tan distraídas administrando sus vidas que pasan por alto el hecho de la vida misma. Para Elrod, la vida se basa en cuatro dimensiones: física, intelectual, emocional y espiritual. Si todos los días hacemos un esfuerzo por desarrollar estas áreas, nuestra situación va a mejorar sustancialmente.
Los seis ejercicios son simples, y Elrod los tomó de las rutinas matinales de algunas personas que admira. Cada una de ellas tiene una preferida, para algunos es la afirmación, para otros es la meditación o la visualización. “Entonces pensé: ¿cuál de todas estas lecciones sigo? ¿Y si las sigo todas? Al día siguiente probé como pude cada una de ellas, y me sentí increíble.”
El método Elrod consta de: silencio (5 minutos), afirmaciones (5 minutos), visualización (5 minutos), ejercicio físico (20 minutos), lectura (20 minutos) y escritura (5 minutos). Pero se puede cambiar el orden y la cantidad de minutos que le dedicamos a cada uno.
Silencio: empezar callando. Es esencial hacerlo fuera de la cama, incluso fuera de la habitación es mejor. Para apoyarse en la práctica se puede meditar (con guía o free solo), rezar, reflexionar o respirar. “En los momentos de silencio es cuando tenemos nuestras mejores ideas”, dice Elrod.
Afirmación: se trata de formular en positivo las cosas que queremos obtener o la persona que queremos ser. Si repetimos estas afirmaciones diariamente, idealmente en voz alta, van a dejar una marca en nuestro inconsciente. “Una afirmación es un recordatorio”, dice Elrod, “de lo que querés sentir o envisionar. Yo las digo para adentro, pero algunas personas las dicen en voz alta y otros las graban. Lo que no sirve es mentirse. La afirmación no debe ser soy rico, porque si no lo soy mi cabeza va a reñir con esta idea. Entonces es mejor afirmar quiero ser rico o estoy comprometido con ser rico.” Elroy sugiere hacerlo en cuatro pasos: qué me comprometo a buscar, por qué es tan importante para mí, qué acciones voy a tomar para obtener lo que quiero, cuándo voy a tomar esas acciones.
Visualización: es el proceso que consiste en representarnos visualmente aquello que queremos lograr, y trazar un camino mental para lograrlo. “Yo lo hago así: primero hago las afirmaciones y después cierro los ojos y visualizo esa afirmación. El problema más común con la visualización es que a menudo miramos el resultado final, y entonces es como hacerle una trampa al cerebro haciéndole creer que lo vas a lograr así nomás, sin esfuerzo. Entonces: ¿es posible esa visualización? O mejor, ¿podés visualizar el camino que te va a llevar hasta allá? No es el resultado sino la experiencia emocional lo que tenés que visualizar. Yo cierro los ojos y visualizo las 7 am, porque es la hora que me levanto para correr todos los días (odio correr). Entonces me visualizo vistiéndome, y me visualizo saliendo por la puerta y sonriendo al salir. Al tiempo de practicar estas visualizaciones, me di cuenta de que cuando sonaba el reloj a las 7 am, me levantaba, sin resistencia, me vestía y salía por la puerta con una sonrisa. Pude crear ese estado emocional.”
Ejercicio físico: elemental, libera endorfinas que aumentan la sensación de bienestar y optimismo. Elrod hace yoga, pero vale cualquiera. “La gente que me sigue me suele dar dos excusas: no me gusta hacer ejercicio, o yo voy al gimnasio a la tarde. A ambos les digo que hagan 60 segundos solamente, a la mañana, y van a notar beneficios inmediatos. Hay una app que me gusta, 7 minute workout, puede ayudar.”
Lectura: inspira, expande la mente. El autor de este método recomienda hacerlo durante diez minutos por día como mínimo. Otra buena idea es releer aquellos libros que, por un motivo o por otro, nos cambiaron la vida. O leer las afirmaciones que escribimos en nuestro diario.
Escritura: escribir un diario es útil para reflexionar sobre lo que hicimos o lo que queremos hacer. Ayuda a poner foco y además sirve para fortalecer la memoria. “Sugiero escribir tres cosas por las que estás agradecido y las tres acciones más importantes que te proponés para el día. Te pone la cabeza en estado optimista.”
Dice Elrod: “Después, todo esto tiene que traducirse en la práctica. Para empezar, tenemos que ir detrás de lo probable, no de lo posible, y es necesario que ajustemos nuestros objetivos acorde a esta regla. Finalmente, tenemos que tomar dos grandes decisiones: la fe y la esperanza. Cuando aplicás estas medidas y tomás estas dos decisiones, el éxito es inevitable. Será solo cuestión de tiempo.”