We are not really strangers

Es un juego de cartas con preguntas que se puso muy de moda en esta cuarentena, pero va para cualquier momento. Es una creación de @koreen, una modelo diosa que vive en Los Angeles. La idea, dice ella misma, era crear un juego que estimulara la conexión entre las personas y le diera algo de espesor a la vida de todos los días.

“Son tendencia los juegos que proponen un conocimiento emocional de las personas, en vez de los que son más racionales o científicos o apuntan a la resolución de un problema”, dice Jason Li, que estudia diseño de juegos en una nota publicada en The New York Times. “Los juegos de conversación te fuerzan a poner en palabras ideas que tenés escondidas. Es como ¿eh? ¿de verdad pienso esto de mí? En realidad funcionan como un juego de roles con uno mismo.”

En We are not really strangers, las cartas se organizan en tres niveles:

1. Percepción.
Todos asumimos cosas del otro que no sabemos con certeza. En este nivel, se trata de descubrir cuál es la primera impresión que uno deja en los demás y cuán bien leemos al otro. Ejemplos: ¿Cómo creés que me llamo? ¿Te parece que alguna vez me enamoré? ¿Qué te parece que dice de mí mi estilo? ¿De qué creés que trabajo?

2. Conexión.
Acá vamos un poco más profundo. Son 50 preguntas no tan frecuentes en el diálogo con otro que pueden remover algunas emociones. ¿Cuál es tu característica más sobresaliente? ¿Cuándo fue la última vez que mentiste? ¿Qué es lo más raro que te pasó en la vida? ¿Cómo sos, de verdad? ¿Cuál fue el mayor dolor que sufriste (y no en el cuerpo)?

3. Reflexión.
Llega el momento de la reflexión, con preguntas como estas: ¿Qué te gustaría aprender de mí? ¿Por qué creés que nos conocimos? ¿Cuál pensás que es mi fortaleza?

A esta altura, ya debería haber entre los que juegan un poco más de intimidad o, al menos, temas de conversación de esos que rompen el hielo.
El juego cierra con la tarjeta final, que trae una consigna. La propuesta es que cada uno de los jugadores le escriba una carta de puño y letra al otro, con un mensaje o lo que quiera decirle. Que doble el papel y se lo entregue. Las cartas sólo podrán leerse una vez que los jugadores se hayan despedido.