Desea bonito y vendrá bonito

Por Anto Iamele, Coach Ontológica.

La manifestación es creación inspirada. Nace de un deseo o sueño interior y es creada en el mundo físico a través de los pensamientos y emociones.
La palabra emoción proviene del latín emotio, que deriva del verbo emovere, que significa energía en movimiento. Día tras día, a través de nuestra mente y nuestro sentir, estamos generando energía, convirtiéndonos en seres con determinada vibración. Esta energía atrae lo que es similar.
Hagamos un ejercicio:
Si pienso “soy poco persistente para concretar ese deseo”, le abro paso a la tristeza y a la desesperanza, y entonces todo lo que atraigo a mi realidad son experiencias que refuerzan lo que pensé o sentí.
¿Que podemos hacer para ser protagonistas de la manifestación de nuestros deseos y sueños? A continuación, los 7 pasos del proceso de manifestación.

  1. Soñar en grande. Einstein, Thomas Edison, Walt Disney, Henry Ford, todos hicieron referencia alguna vez a la importancia de la imaginación, una creación en la mente antes de la materialización de la idea. Lo crees, lo creas.
    ¿Qué sueño? ¿Qué deseo? ¿Sueño en grande o hago lo que se espera de mí? ¿Qué tendría que pasar en mi vida para sentir que fue bien vivida?
  2. Creerse capaz. ¿Por qué sí podría realizar lo que deseo? Un cambio de perspectiva es el facilitador necesario. No se trata de tener más o menos capacidades sino de creer en ellas.
  3. Desear en positivo. Muchas veces los objetivos no se concretan por falta de claridad. En vez de poner el foco en lo que no queremos, formularlo en positivo le abre camino al deseo.
  4. Conectar con nuestro sueño a diario. Es importante destinar unos minutos al día (preferentemente a primera hora de la mañana) para pensar nuestro deseo. Integralmente, con detalles, colores, formas, aromas, sonidos.
  5. Agregar emoción a la imaginación. Si, cuando pensamos en lo que queremos, sentimos miedo, imposibilidad o desesperanza, esa emoción puede contradecir el efecto del pensamiento y armar un mensaje incoherente. La propuesta es invocar las emociones del deseo cumplido: ¿cómo me voy a sentir cuando lo logre?
  6. Agradecer. La gratitud diaria es una forma de entrar en abundancia, en un estado de plenitud con la vida y con lo que hemos logrado y somos. El foco se dirige hacia lo que hay.
    Agradecer nos pone en el estado de ánimo necesario para soñar. La gratitud es el camino directo a la emoción del deseo.
  7. Desapegarnos. Lo que normalmente diluye nuestros sueños es pensar en cómo los vamos a lograr. Queremos controlar cada parte del proceso aún sin tener las respuestas, lo que nos genera ansiedad y frustración. La respuesta es el desapego: soltar el resultado. Si nos centramos en el deseo, el universo nos irá mostrando el camino y las oportunidades.

Neville Goddard, escritor y conferencista, explica en uno de sus primeros libros (The Law) cómo usar la imaginación para crear algo en el mundo externo: “Si desde la consciencia, desde el ser, persistes en la emoción de la asunción del resultado hasta que se convierta en dominante, el logro es seguro”. Neville propone ser y sentirnos hoy como nos sentiremos cuando el deseo esté cumplido.
Cuando se aborda el mundo como una realidad vibratoria en vez de espacio físico es cuando los deseos se vuelven reales.
La propuesta es ser hoy la persona que se desea ser.

@AntoIameleCoach