“Estoy clavada en mi infancia. En una imagen de mí en sexto grado, en una escuela nueva con maestras nuevas y compañeros nuevos que igual notaron rápido lo perfeccionista que soy. Ahora estamos en un fin de semana de fin de año, en el último día, en una entrega de premios de esos que se dan en chiste. Me gano el Premio al Fracaso en Fracasar. Me piden que me pare adelante del grupo para hacer algo que es imposible de hacer: meterme una bolsa de migas de galletitas en la boca y silbar con la boca llena. Me decido a hacerlo para mostrarles que yo sí puedo pero, cuando silbo con todas mis fuerzas, escupo todas las migas. El grupo rompe en carcajadas y yo siento que me pongo toda colorada. Fracasé en hacer lo que era imposible de hacer, pero lo único que puedo ver es que fracasé. No recuerdo haberme sentido así de mal nunca. Desde entonces, fracasé muchísimas otras veces. Tropecé y caí muchas veces. Pero ahora, acá sentada, veo mis fracasos pasados como nada en comparación con este, porque esta vez fallé y se perdió una vida. Nuestro bebé está muerto. Repito esto una y otra vez en mi cabeza hasta que las palabras se despojan de sentido. ¿Cómo voy a perdonarme esta vez?”, escribe Emma en Still.
Emma Hansen perdió a su hijo Reid en abril de 2015. En 2016 se quedó embarazada otra vez y tuvieron a Everett, y después a Atticus. Reid forma parte activa de esa familia. “Se siente como algo que falta. Sabemos que tuvimos tres varones, pero sólo dos de ellos están acá con nosotros. Pero después hay una parte de mí que es consciente de que tenemos una hermosa familia y que, aunque Reid no esté físicamente presente, encontramos la manera de que esté acá con nosotros. Hay dolor, pero también hay felicidad y amor.”
Hoy, Emma Hansen es escritora full time (“Nuestras palabras curan nuestras almas”, dice), instructora de yoga, doula full espectro y da charlas sobre cómo lidiar con pérdidas. También tiene un emprendimiento de mochilas para cargar bebés que están hechas con una tela en los colores del arco iris, @belugababy: “Una noche soñé que abrazaba a Everett y que estábamos envueltos en el más hermoso arco iris de tonos pastel. Se llama bebés arco iris a los bebés que vienen después de un embarazo que se perdió. Pero no es nuestra intención ponerle nombre a tu pérdida o decirte qué significa. Esto es lo que nosotros creemos: un arco iris es la esperanza después de una pérdida. Es lo que viene después de una tormenta. No llena el agujero de nuestro corazón porque esos agujeros siempre van a pertenecerle a aquello que se perdió. Tampoco despejan las nubes, pero aparecen al lado de ellas.”
Emma Hansen vive con su familia en Vancouver, Canadá.