Mi altar personal

“Tu espacio sagrado es aquel donde podés encontrarte a vos mismo una y otra vez”, dijo Joseph Campbell. Puede ser afuera, con las plantas, o adentro de casa. Se trata de armar un rincón personal donde ir espontáneamente a calibrar cuando uno lo necesita. Lo llamamos altar porque tiene algo divino, pero no porque sea religioso. Puede serlo, claro, si uno se apoya emocionalmente en una deidad, pero también puede ser arte, o una foto, o piedras, o un objeto heredado, todo aquello que resume la calma y el amor.
Gabriela Laura Piccoli es terapeuta se especializa en energía y en el desdoblamiento del tiempo.

¿Qué es el desdoblamiento del tiempo?

Es una teoría que propuso el físico francés llamado Jean Pierre Garnier-Malet que dice que tenemos al mismo tiempo dos tiempos diferentes: el consciente y otro que no es perceptible pero donde hacemos cosas que después pasan al consciente. Esta teoría nos permite entablar conversaciones con tiempos que son más veloces y que funcionan con otras leyes (el universo no manifestado). Mi trabajo es reconocer que lo que uno vive se generó mucho más atrás y que estas dos realidades, la abstracta y la concreta, pueden conversar. En base a algunas inquietudes que traían mis alumnos decidí crear una marca que trabaja con objetos bellos en rituales contemporáneos que conectan el mundo espiritual con lo que uno hace todos los días.

¿Qué elementos no pueden faltar en un altar personal?

Tiene que haber una selección que tenga que ver con lo espiritual. Hay gente a la que le gustan las piedras, gente que escucha mantras, otros leen poesías sagradas. Me parece fundamental incluir algo que despierte el olfato porque es el sentido mas conector que tenemos los seres humanos. Nunca puede faltar “una fórmula de amor”, porque todo lo que me está pasando se explica por amor o por falta de amor.

¿Qué tiene una “fórmula de amor”?

Viene adentro de una lata y tiene -entre otras cosas- sándalo, incienso, lavanda, canela, albahaca y mirra, que es una resina que en el mundo espiritual es el conector esencial entre lo material y lo espiritual. La fórmula genial de los Reyes Magos.

¿Qué otras cosas podemos poner en nuestro altar personal?

Visualmente, una imagen que traiga paz. Puede ser una imagen de la misma naturaleza o de alguna deidad. También podemos incluir en el rincón un diario personal, para hacer de ese momento un momento de encuentro con uno mismo. Tiene que haber una vela, o algo que dé perfume: la lavanda, la vainilla y el jazmín conectan con el amor. Las velas se prenden en el momento de expresar la intención: la idea es echar luz sobre esa intención, permitirnos ver lo que no estoy viendo y obstruye el camino de mi deseo. Para el oído, está bueno poner un mantra tranquilo de fondo o un playlist especialmente elegido.

Un espacio sagrado lo define cada uno según lo que me hace sentir bien. Tiene que avivar los sentidos, dar paz, ser convocante, armonioso y, de alguna manera, secreto. Es mi Jesús personal.

TheGelatina recomienda @purezadehogar.
En nuestro pacto de lectura primero estará siempre la información que queremos transmitirte y luego las fuentes y profesionales que vamos a buscar para contar la mejor historia.


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